EDITORIAL

Llegó el momento de ajustar el año

lunes, 20 de abril de 2015
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Una pregunta frecuente que llega a Diario es qué va a pasar con la economía. Llegó la hora de revisar los datos

La inmensa mayoría de los empresarios colombianos hacen sus presupuestos anuales con base en las cifras proyectadas que se conocen en septiembre u octubre, y para este 2015 las cosas no fueron diferentes. Las tendencias de las cifras macroeconómicas eran similares a las del segundo semestre del año pasado y se pensó inicialmente que el primer trimestre del nuevo año simplemente sería una extensión de los meses inmediatamente anteriores. En términos generales no había equivocación, solo por dos asuntos verdaderamente importantes: el primero la disparada de la inflación entre enero y febrero, y segundo el efecto dominó de revisiones a la baja del dato de crecimiento para este año, basado en los precios internacionales del petróleo.

Así las cosas, el panorama ha cambiado notablemente para el arranque del segundo trimestre del año, en donde algunas variables son distintas a las que se daban en septiembre y octubre pasados. El dólar, por ejemplo, se ha mantenido promediando los $2.500 y el barril de petróleo empieza a rebotar y alcanzar precios de US$50 o US$60. Ambas noticias son buenas para las empresas exportadoras, pero no tanto para el precio de los alimentos importados y el peso de estos en el Índice de Precios al Consumidor. Aunque las autoridades económicas siguen diciendo que no hay tanta influencia del dólar caro en la canasta familiar, la realidad en ciertos estratos socioeconómicos es otra.

En términos de política monetaria, el Banco de la República mantiene su política de estabilidad y de no actuación ante síntomas inmediatos. No ha elevado las tasas de interés al sistema financiero (4,5%) para evitar que el dólar se devalúe y espera prudentemente que el despertar inflacionario minimice con las cosechas que comienzan pasadas las lluvias de abril. Al menos en el primer trimestre del año, en casi todas las regiones productoras de alimentos, no se presentó el temido ‘fenómeno de El Niño’, una situación buena para los precios de los alimentos. Claro está que algunos productores de carne sí lograron especular con el anunciado largo verano.

En términos de políticas públicas y de política per se, las cosas son a otro precio. El frenazo en el optimismo, como consecuencia de la vuelta a la guerra que desangra al país, sí actúa como un baño de agua fría que pone en ‘stand by’ las inversiones y los planes de ampliación de las empresas. En este punto se necesita no desfallecer y que las guerrillas en la mesa hagan verdaderos gestos de reparación. Y por el lado del Ejecutivo hay claramente ministros del gabinete desgastados que necesitan dar un paso al lado para oxigenar las políticas públicas y avanzar en la ejecución. A todos les ha llegado el momento de ajustar los planes de este 2015.

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