Lo que llama la atención de los cisnes negros

Todos los años por estas fechas es obligado volver a Taleb y su teoría del cisne negro que ayuda a entender que vivimos un mundo frenético en donde todo puede suceder, pero que hay situaciones inesperadas que cambian el rumbo de la normalidad. Nicholas Nassim Taleb publicó su libro El Cisne Negro (Paidós, 2011), en el que analiza el impacto o las consecuencias de lo altamente improbable, esos hechos, cosas o circunstancias que nadie espera, pero que ponen todo patas arriba una vez ocurren.

Por estos días de fin de año, Saxo Bank, un neobanco danés, lanza su propia prospectiva en la que identifica sucesos que pueden ocurrir y que, de hacerlo, el mundo no volvería a ser el mismo. Para hacer la lista, lo primero que identifican es que sea un suceso atípico, por fuera de lo normal o de las expectativas habituales de las personas; la segunda característica es que debe tener un impacto extremo; y finalmente (parafraseando a Taleb) que “a pesar de su estatus atípico, la naturaleza humana hace inventar explicaciones para su ocurrencia después del hecho, haciéndolo explicable y predecible”; una idea que amplía en otro libro más reciente, El lecho de Procusto (Paidós, 2018), en el que el autor trata de desvincular o siempre asociar a la economía de estos sucesos.

Siempre hay cisnes negros en cada jornada y con consecuencias catastróficas, lo que obliga a tener un plan para hacerles frente, mucho más desde el ámbito económico, financiero o empresarial. Lo que llama la atención del trabajo de Saxo Bank para el año que viene es que son sucesos casi reales más cercanos a vaticinios que a eventualidades casi imposibles. Por ejemplo, que “un país acuerda prohibir toda la producción de carne para 2030. Ante el impacto del cambio climático y el rol de la ganadería en la emisión de CO2, al menos un país prohibiría la carne de origen animal viva producida para 2030, remplazándola por proteína artificial mejorada derivada de plantas y tecnologías de carne cultivada en laboratorio”.

Esto desencadenaría un efecto dominó con decisiones en el mismo orden en un mundo con más influencia en las políticas públicas de los más jóvenes, no solo ambientalistas sino respetuosos por la vida animal. Otro cisne interesante es que los gobiernos apliquen “controles de precios generalizados para limitar la inflación oficial (...) Como es de esperarse, la inflación continuará siendo uno de los principales desafíos para la economía global en 2023, pese a los esfuerzos de los bancos centrales para tratar de controlarla, el IPC real seguirá repuntando”. Y el más real que mostró sus orejas a lo largo de este 2022 fue que “Europa necesita poner en orden la postura defensiva de la región (...) obligando a un ejército europeo a una unión plena.

La invasión de Rusia a Ucrania aumentó las tensiones políticas en el mundo este año, generando graves consecuencias como inflación y crisis energética en Europa. Esto, sumado a que probablemente Trump se vuelva a lanzar a la presidencia de Estados Unidos, incentivaría a que todos los miembros de la UE se unan para crear las Fuerzas Armadas antes de 2028. Con este proyecto se buscaría “establecer fuerzas operativas terrestres, marítimas, aéreas y espaciales totalmente tripuladas y desplegables, que serán financiadas con más de US$10 billones en gasto”. Situaciones ni inesperadas ni disruptivas, solo altamente posibles.