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Poco a poco se calienta el debate electoral y la asamblea de la Andi se convierte en el espacio idóneo para que los presidenciables les hablen a los empresarios
En un año, por estos días, el nuevo huésped de la Casa de Nariño, llevará solo 72 horas como Presidente de la República. Sus promesas y propuestas económicas tendrán que cumplirse a cabalidad, pues el país político y empresarial no soportará más desaciertos de manejo ejecutivo que nos lastren en el país en desarrollo que hoy vivimos. Desde ahora es muy importante que quien aspire a ser presidente se comprometa con los empresarios, los directos responsables de generar el grueso de los empleos, bienestar social y de pagar la inmensa mayoría de los impuestos. Esos empresarios no tienen otra oportunidad de escuchar directamente a los candidatos más allá de la Asamblea Anual de la Andi que se realiza hasta mañana en Cartagena y que congrega a los industriales más representativos del país.
Lo que quieren oír los empresarios, de los precandidatos a la Presidencia, no es otra cosa que comprometerse con la institucionalidad, el crecimiento y la lucha contra los corruptos privados y públicos. Quien quiera ganarse el favor electoral empresarial debe escuchar sus preocupaciones, porque si algo nos diferencia de los países en crisis -léase Venezuela- es que aquí hay empresarios locales y extranjeros que se la juegan por el país y que bajo ninguna circunstancia saldrán corriendo para Miami, dejando tiradas todas sus ancestrales inversiones. Las cosas que quieren oír los empresarios no son otras que:
1. Seguridad jurídica. Los empresarios esperan que no se les cambie las reglas de juego en temas de industria minera y energética, especialmente.
2. Impuestos no regresivos. La Reforma Tributaria, aunque alivia las cargas, no resulta competitiva frente a los demás países de la región; una empresa sigue pagando un acumulado de impuestos de 40%.
3. Costos laborales. Contratar nuevos empleados es muy alto, los parafiscales siguen siendo un lastre a lo que se suma temas espinosos como las horas extras y los costos de despidos.
4. Incentivos económicos. Hay que hacer que programas como “Colombia Repunta” sí funcionen con incentivos competitivos.
5. Lucha contra el contrabando. Para los sectores como textil, calzado y retail, el contrabando sigue siendo un cáncer que no se ataca desde la institucionalidad.
6. Costos de transporte y logística. Mover mercancías de los puertos a los puntos de producción o de exportación sigue siendo uno de los lunares en todos los indicadores de competitividad mundiales.
7. Corrupción campante. Está claro que este flagelo está en los públicos y los privados y debe ser uno de los temas de campaña presidencial que mida candidatos.
8. Tasas de interés. Los empresarios no sienten la reducción de las tasas del Banco de la República, pues estas no llegan a los consumidores y no dinamizan la economía.
9. Programa de exportaciones. Un programa de incentivo de exportaciones que permita ser más competitivos, incentivos tributarios.
10. Reforma arancelaria. Los empresarios siguen a la espera de una modernización arancelaria que agilice trámites y sea más acorde a la globalización.
11. Infraestructura. No solo son carreteras, puentes, túneles y autopistas. Es imperativo para el sector empresarial que se hable más de las telecomunicaciones y la conectividad.
12. Eficiencia estatal. Un Estado moderno, es un Estado eficiente y al Gobierno Nacional deben llegar indicadores de gestión y más responsabilidad en los gastos.
De todas estas cosas quieren oír los empresarios, pasar la página de los acuerdos de La Habana y acabar de una vez por todas las rencillas politiqueras.
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