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Poco a poco se abre paso a que quienes están en el mundo laboral con menos de 45 años deben jubilarse a los 67 y que quienes nacieron desde el 2000 tengan que hacerlo a los 70 años
Hace pocos meses el Gobierno Nacional le sacó el cuerpo a meterse en la polémica de rediseñar el obsoleto sistema pensional este año, un régimen que paso a paso se acerca a sus 30 años de vigencia y que desde su inicio puso a competir mercados paralelos que luchan de manera desigual por afiliar clientes que deben tener por obligación un plan de retiro cuando llegase la edad. El primer punto equivocado del Ministerio de Trabajo fue anunciar con bombos y platillos que este año no habrá una propuesta en el Congreso de la República para reformar las pensiones, y mucho más desafortunado fue descartar que en esa eventual reforma se vaya a tocar la edad de jubilación; todo un contrasentido técnico y una aberración de cara a las expectativas de vida de las personas, los adelantos médicos y la creciente vida sana. Para nadie es un secreto que las personas viven más y en mejores condiciones; es más, muchos no quieren retirarse de sus trabajos formales. Es el caso de los funcionarios públicos de ciertos rango -caso de los magistrados y profesores- que la edad de retiro forzosa la extendieron hasta los 70 años.
El Gobierno Nacional, con los ministerios de Trabajo y de Hacienda a la cabeza deben empezar a confeccionar la urgente reforma pensional que aborde de una vez por todas esa situación; no solo por lo que tiene que ver con el peso en las finanzas públicas de seguir cargando con Colpensiones y una suerte de regímenes especiales, sino porque hay muchos nubarrones en el llamado Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad basado en el ahorro proveniente de las cotizaciones y sus respectivos rendimientos financieros, la solidaridad a través de garantías de pensión mínima y aportes al fondo de solidaridad. Entre los fondos privados que administran estos recursos sí hay competencia, pero frente a este régimen y el público, no la hay pues está contaminado por los subsidios gubernamentales a las altas pensiones. Colpensiones es un mega fondo que administra el Régimen de Prima Media con prestación Definida, pero todo con cuenta a las finanzas estatales, factor que ha desmotivado -incluso a los más jóvenes- de tener su pensión en los fondos privados. Las cifras hablan por sí solas: solo unos 300.000 colombianos se han jubilado con los privados mientras que más de 1,3 millones lo han hecho con el fondo público.
En Chile, en donde se ha empezado a rediseñar su sistema idéntico al colombiano, se ha abierto la posibilidad de que los nacidos desde 2000 ya tengan la opción legal para obtener su pensión a los 70 años; una decisión afortunada, al tiempo que también estudian que llevar la edad de jubilación gradualmente a 67 años para quienes trabajan hoy, pues no hay ninguna justificación para que una persona que hoy día ni siquiera ha empezado a trabajar no se le pueda cambiar la edad de jubilación. Abordar el asunto desde los llamados Centennials -abarca a niños y adolescentes entre 0 y 19 años aproximadamente- es una responsabilidad de este Gobierno que ha sido prudente en enfrentar el debate, pero le ha rehuido a abordar las polémicas que se den en torno al plan obligatorio que debe tener todo colombiano de hacer una estrategia de retiro para cuando esté cronológicamente por fuera del mercado laboral. El país económico y laboral deben estar preparados para enfrentar este asunto.
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