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los tiempos de turbulencia se pueden ver como la oportunidad perfecta para estructurar esos nuevos negocios que hacen que una empresa pequeña alcance nuevos mercados
Un conocido refrán señala que “soldado advertido no muere en guerra” y este es el mensaje que envía el banco de inversión JP Morgan a las empresas globales, quienes deberían empezar a analizar estrategias para el “huracán económico” que se prevé llegará en los próximos meses, que será resultado de una inflación que no ha logrado contenerse y los desastres que ha traído la crisis en Ucrania.
Jamie Dimon advirtió en una conferencia que es necesario prepararse, pues las nubes de tormenta sobre Estados Unidos no parece que fueran a ser atenuadas por las decisiones de la Reserva Federal, a quien le cayó la responsabilidad de luchar contra los altos precios, como en los mejores episodios de la era Reagan-Volcker.
Lo importante es que estamos advertidos. Dimon dice que la expectativa del mercado es que la Reserva Federal pueda controlar el fenómeno y esto ha dado lugar a un tiempo soleado, pero momentáneo, para que como empresas se analicen las herramientas que se podrán usar ante los desafíos que llegarían en el mediano y largo plazo.
Si algo además se aprendió de la coyuntura del covid-19, es que no se puede depender únicamente de los salvavidas que en momentos de crisis lancen los estados. Por eso, con una tormenta que está avisada, está en manos de cada empresario trazarse su destino. Llegó el momento para que las juntas directivas se reúnan con sus ejecutivos y juntos estructuren ese mapa de riesgos y cómo tratarlos sin morir en el intento.
Las empresas locales deben aprovechar además el buen momento que dejó la primera vuelta de las elecciones presidenciales y que llevó a alzas históricas en la bolsa de valores y la revaluación del peso que hace meses no coqueteaba con por debajo de los $3.800. Se configuró el tiempo perfecto para establecer las estrategias para sobrepasar una posible turbulencia. Dimon agregó que ellos lo hacen siendo conservadores y que en el caso de Estados Unidos también valdrá la pena aprovechar la fortaleza que aún tiene el consumidor, el aumento de los salarios y los empleos abundantes.
Si bien los gurús de la economía suelen equivocarse y no es un llamado a la catástrofe y el pánico no es buena idea desatender las advertencias. Es el momento de ser cautelosos, mirar oportunidades para no poner todos los huevos en la misma canasta y preparar planes de contingencia para no estar viviendo en el corto plazo; mentalidad enemiga que ha asechado a los empresarios colombianos por años.
Los más grandes de la región así lo han aprendido, han encontrado la manera de soñar y aprovechar mirando el largo plazo, para que en momentos de incertidumbre en vez de caer en desgracia se encuentren esas oportunidades que deja el mercado.
“Los riesgos para la economía y la probabilidad de una recesión son cada vez mayores”, aseguró Lydia Boussour, economista de Oxford Economics, sin embargo, se pueden ver como el momento perfecto para estructurar esos nuevos negocios que hacen que una empresa pequeña, como las que inundan nuestra economía, abra sus puertas y empiece a explorar mercados que antes parecían lejanos y fuera del alcance.
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