MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
La Banca multilateral empieza a mirar con otros ojos a la economía colombiana, ahora el crecimiento será 1,7%, El Banco de la República deberá también revisar al alza sus números
Los políticos no piensan ni actúan como lo hacen los empresarios, son más aferrados al mantra que dicta: “que el caos nunca muera”. Las últimas semanas han sido buenas para la economía, no solo por los fundamentales que vienen sanos desde hace varios años atrás, sino porque el inminente fracaso de las sonadas y dañinas reformas estructurales propuestas por el actual Gobierno Nacional, que están haciendo agua, por ahora.
Un informe técnico de Bank Of America concluye entre otras cosas que el rediseño del sistema laboral colombiano propuesto por Gustavo Petro (de corte inminentemente sindical); más el fortalecimiento del fondo público de pensiones, Colpensiones, en detrimento de los fondos privados; además de una polémica avalancha oficial que borra al sector productivo y la inversión externa en el servicio de salud, no cuentan con un buen clima ante la opinión pública ni política ante el Congreso de la República, que con buen olfato ha decidido aplazar las discusiones hasta que el nubarrón de los audios del exembajador en Caracas se aclare o alcance los estrados judiciales, pues no es mejor que mencione financiaciones non sanctas durante la campaña presidencial.
Toda esa maraña de acontecimientos ha generado que las reformas se dilaten, se aplacen para la segunda legislatura en un Senado y una Cámara cada vez más críticos con la administración central.
Un auténtico respiro a los mercados pues se reduce el temor y la incertidumbre entre los empresarios, quienes encuentran calma, lo que los inversionistas ven como un oasis en el desierto político que empuja con sus vientos regionales la economía colombiana hacia una innecesaria estatización.
Los mercados ahora ven menos probabilidades de que el Gobierno logre reformas, en lo que resta del año, teniendo en cuenta las elecciones a gobernaciones y alcaldías que se llevarán a cabo el último domingo del próximo octubre.
Las últimas proyecciones del Banco Mundial para Colombia advierten que de crecer 8% en 2022, durante este año la economía se expandirá 1,7%, una cifra bastante baja, pero que es mucho mejor que la prevista hace seis meses de 1,3%.
Y si a esta “mejor” situación se suma que la persistente inflación y las altas tasas de interés se seguirán desacelerando, el año económico empieza a dar la vuelta y valida el comentario de que soplan mejores vientos para el cierre del año.
Donde más se ha visto el mejoramiento de los indicadores es en la inminente caída del Índice de Precios al Consumidor para mayo que estará por debajo de 12,82% que registró en abril anualizado, lo que ratifica que la inflación, el fantasma que había asustado a la economía durante varios años, se empieza a difuminar y las tasas tendrán que parar su escalada para reducirse y reactivar los créditos. La devaluación es uno de esos coletazos populares más elocuentes.
El dólar alcanzó los valores más bajos en lo corrido del año, la divisa está en $4.245, en promedio, unos $62 abajo de la tasa representativa del mercado de ayer, cifras que no se veían desde agosto del año pasado.
Esos mejores días que experimenta la economía, en términos de reducir la incertidumbre, deben consolidarse porque el sector político solo vive del caos, justamente la situación que no les sirve a los empresarios e inversionistas para seguir construyendo país.
Algunas tendencias explican las movidas que se están dando en los supermercados, las tiendas de vecindario o de conveniencia, en las que el ganador debe ser el consumidor
Las noticias con las que cerrará 2024 no son las mejores, los misiles de largo alcance han desatado otra fase en el conflicto de Rusia con Ucrania que puede ser muy mala
Pese a que el comportamiento de todo el PIB no presenta las cifras deseadas, el agro lleva tiempo en terreno positivo, las exportaciones de café, flores y banano, lo pueden explicar