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EDITORIAL

No hay vacuna contra la posverdad

lunes, 17 de abril de 2017
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Los franceses acuden a las urnas este domingo en medio de un panorama político crispado y ante la amenaza del triunfo de la posverdad 

La vieja Europa es un tridente conformado por fuerzas a veces antagónicas y a ratos comunitarias o solidarias, allí convergen los intereses políticos y económicos de ingleses, alemanes y franceses, sin duda alguna las tres culturas que determinan el pasado, presente y futuro de la cuna de la civilización occidental. Gran Bretaña ya fue noticia el año pasado por decidir retirarse del proyecto de la Unión Europea con su voto mayoritario del Brexit; Alemania sigue con su férrea política de austeridad y apostándole a una sola moneda que consolide la gran zona económica regida por el euro; y queda Francia, sin mayores protagonismos económicos, pero fiel de la balanza que finalmente le permite decidir los caminos de las democracias centroeuropeas, pero en donde crecen las tensiones políticas hacia una derechización que sorprenda al mundo, tal como sucedió en Londres en 2016 y en Estados Unidos con el efecto Trump. Este próximo domingo, 23 de abril, se realizará la primera vuelta por la presidencia francesa en la que participarán 11 candidatos: nueve hombres y dos mujeres. La batalla que espera el mundo político es la que se dará entre Marine Le Pen, Emmanuel Macron, François Fillon, Benoît Hamon y Jean-Luc Mélenchon, entre quienes se encuentran los verdaderos aspirantes a dirigir la Francia de esta segunda década del siglo XXI. Se da por descontado que ninguno de ellos puede ganar en primera vuelta y tendrán que armar sus coaliciones en un país que necesita tomar posiciones claras frente al futuro de la Unión Europea, la política en pro de los inmigrantes y que dé pautas encaminadas a garantizar un mayor crecimiento económico y la generación de nuevos empleos. La máxima preocupación radica en la posibilidad de triunfo de las extremas en cabeza de Le Pen, líder del Frente Nacional, partido de ultraderecha, y de su polo opuesto, Mélenchon, candidato de izquierda, líder del partido Francia Insumisa, admirador de Hugo Chávez y de Bernie Sanders. La derecha tiene leve ventaja en las encuestas con porcentajes por encima de 18%, mientras que la izquierda llega a 15% y se ubica entre los tres primeros. La esperanza para la ortodoxia europea espera que el financiero, Emmanuel Macron, candidato de centro, logre cautivar en este último tramo de las elecciones y se consolide como un articulador de intereses proeuropeistas. Un triunfo de Le Pen o de Mélenchon en la primera vuelta agitaría el panorama político francés bajo el manto de una gran preocupación sobre el futuro de la Unión. Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos el gran problema de la economía francesa no es distinto al bajo crecimiento de su PIB que solo registra 0,5% en lo corrido del año y el gran número de desempleados que rondan los tres millones. Obviamente, toda la economía europea está marcada por sus políticas en favor o en contra de la inmigración.

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