Las películas que se han anticipado al problema demográfico en el mundo se cuentan por docenas. La más impactante se produjo con base en el éxito literario, ‘The Handmaid’s Tale’ (Ancor Books, 1985), escrito por Margaret Atwood, que se convirtió en un éxito en series de streaming con el título en español, ‘El cuento de la criada’ (Paramount, 2019), que muestra una sociedad distópica consecuencia de los desastres ambientales y la disminución de las tasas de natalidad.
Surge en Estados Unidos (post catástrofes) la República de Galaad, “un régimen totalitario que impone roles sociales rígidos y esclaviza a las pocas mujeres fértiles que quedan, destinadas a producir hijos. Los países más poderosos son los que tienen abundancia de mujeres fértiles, pero esa es otra historia, además es ficción. No obstante, hay señales que no se pueden pasar inadvertidas. El Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington publicó a comienzos de este año, en la revista The Lancet, sobre la caída demográfica global, en donde pide a los gobiernos planificar las amenazas que los cambios en su población pueden suponer para la economía, la salud, el medio ambiente y la geopolítica.
Dice la investigación (reseñada por el diario El País de España), que la caída en nacimientos es imparable: “la humanidad se va a encoger. Para 2050, más de las tres cuartas partes (155 de 204) de los países tendrán tasas de fertilidad tan bajas que no podrán mantener el tamaño de su población. Y esta tendencia será casi total para 2100, cuando 97% de los países (198 de 204) estará en la misma situación. Las muertes superarán los nacimientos y habrá cada vez menos personas en el mundo”. Solo para mirar datos recientes: España tenía una tasa de 2,47 hijos por mujer en 1950, luego de 2,13 en 1980 y desplomándose a 1,26 en 2021. En 2050 será de 1,23 hijos por mujer y en 2100 de 1,11. En Francia (1,49) y Alemania (1,40), la media europea es de 1,37 niños por mujer.
Lo peor es que América Latina ya figura en esos listados, pero con la gravedad de que el fenómeno de la caída demográfica es más veloz. Colombia no es la excepción. El Dane actualizó los datos de fecundidad y nacimientos en lo corrido de este año y entregó las cifras definitivas de 2023.
En ambos casos se registraron las mayores caídas en la última década. Entre enero y octubre de 2024 se registraron 371.777 nacimientos, cayeron 14,4% frente a los 434.253 nacimientos en el mismo periodo del año pasado. En 2023 hubo 515.549 alumbramientos, cifra que también cayó 10,1% frente a 2022 y alcanzó su valor más bajo de los últimos 10 años. Los poco más de 370.000 recién nacidos que hubo hasta octubre de este año es el número de bebés más bajo en la última década, ya que en ningún año, dentro de este periodo de tiempo, había caído de 400.000 el número de nacimientos.
Si la tendencia se mantiene, en los próximos cinco años no solo dejarán de nacer unos 2,5 millones de niños en Colombia, sino que las muertes naturales y violentas reducirán notablemente la población, más rápido que en países desarrollados, con graves consecuencias para el trabajo en el campo, el pago de las actuales pensiones, los colegios, las universidades, y sobre todo, para las fuerzas militares. En pocas palabras, se cocina una crisis de bebés, primíparos y reclutas.