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Colombia subió a la posición 52 entre 63 países en el ranking de IMD, gracias a su manejo fiscal convirtiéndose en el país de la región con el mejor comportamiento en el listado global
Lo normal fuese que Colombia siguiera cediendo en términos de competitividad mundial, dado su atraso en infraestructura, sus pobres competencias en educación y la errática manera cómo se maneja la política fiscal. Pero a la luz del ranking anual que revela cada año el International Institute for Management Development, Colombia ascendió seis casillas en el listado de países, al pasar del puesto 58 al 52 entre 63 naciones, convirtiéndose en el país de la región con el mejor comportamiento en el listado elaborado desde 1989 por la Universidad de Lausanne en Suiza.
En el contexto latinoamericano, Chile sigue siendo el más competitivo en la casilla 42, aunque descendió siete puestos con relación a su posición del año pasado. Le sigue México, que ascendió una casilla y se ubicó en el puesto 50. Colombia supera a Perú, ubicado en la posición 55, a Brasil que subió un puesto y quedó 59; Argentina, en la casilla 61. De último en el ranking a nivel global está Venezuela de 63 entre 63. Estados Unidos, que tradicionalmente se ubicaba en el primer lugar de competitividad global fue destronado por Singapur y Hong Kong, pasando a la tercera posición. En la cabeza del listado juegan fortalezas nacionales muy distintas a las que suman en la media y en la cola de la tabla. La infraestructura tecnológica, la disponibilidad de mano de obra calificada, las leyes de inmigración favorables y las formas eficientes de establecer nuevas empresas fueron los factores que permiten estar en la punta del listado. Mientras que la infraestructura, el clima de los negocios, la seguridad jurídica y el manejo fiscal, entre otros aspectos son los determinantes en todas las economías emergentes. La caída de Estados Unidos se explica porque su competitividad se vio afectada por el aumento en los precios de los combustibles, un decrecimiento en las exportaciones de alta tecnología y las constantes fluctuaciones del dólar.
Los rankings de competitividad mundial de IMD, establecidos en 1989, incorporan 235 indicadores de cada una de las 63 economías clasificadas. El listado toma en cuenta el desempeño económico, la eficiencia del Gobierno, la eficiencia empresarial e infraestructura básica. El año pasado Colombia había caído a la posición 58; en 2017 fue 54 y ahora sube al puesto 52, la mejor ubicación en tres años. Este año el factor de “desempeño económico” subió por la mejora en variables de precios, empleo y de economía doméstica. En “eficiencia del Estado”, se evalúa la efectividad del Gobierno para implementar sus decisiones y la facilidad del ambiente regulatorio para promover la competitividad de las firmas, se nota una clara recuperación frente a los años anteriores. En el subfactor de política tributaria, sucede lo mismo al tiempo que llama la atención el avance en evasión fiscal y riesgo de inestabilidad política. Queda casi todo por hacer en el pilar de la “infraestructura básica”, en donde Colombia permanece anclada en los últimos lugares, casilla que mantiene las alarmas frente al desarrollo de medios de transporte. En el subfactor de infraestructura tecnológica hay más rezagos como velocidad de internet y habilidades digitales. Sigue siendo una de las fortalezas el precio de la telefonía móvil y la cobertura en todo el territorio, dos aspectos que casi nunca son tenidos en cuenta como la “nueva infraestructura”.
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