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En lo corrido del año sólo han vendido 3.842 unidades en Colombia, mientras que en Europa las matrículas cayeron 8,3%, diversas razones que explican el frenazo de los eléctricos
Colombia es un mercado que por ingreso per cápita, déficit automotor y demanda acumulada, puede vender medio millón de vehículos nuevos al año, pero solo se resigna a soñar con alcanzar algún día unos 300.000, cifra que por las altas tasas de interés, el desplazamiento de las motos, cambios de hábitos, mala infraestructura, trancones y la baja chatarrización, no llega ni a los 200.000 anuales; las cifras son muy pobres si se comparan con países similares, aquí al mes se matriculan solo unos 15.000 vehículos.
Hasta hace un par de años, el argumento más popular entre los vendedores de autos es que existe una suerte de transición, que el mercado está mutando de vehículos de gasolina a los eléctricos, con paso intermedio por los llamados híbridos. Tal justificación se probaría con una aparente disparada en la venta de carros eléctricos, pero las cosas no son como parecen; al octavo mes del año, solo se han vendido 3.842 unidades y las noticias que llegan de Europa es que no es solo un problema colombiano, sino que es mundial.
Las ventas de carros eléctricos cayeron 44% en agosto en la Unión Europea, lo que ha llevado a la industria a lanzar un S.O.S. por la situación del vehículo eléctrico en el viejo continente.
Según datos de la patronal europea de automovilísticas, Acea, “la caída se sustentó en el desplome de 68,8% en Alemania, con apenas 27.024 entregas, y la caída de 33,1% en Francia, con 13.143 unidades vendidas. Otros grandes mercados, aunque muy atrasados en materia del vehículo eléctrico como España e Italia, también bajaron sus ventas de eléctricos 24,8% y 40,9%, respectivamente”.
En oposición, el vehículo híbrido aumentó sus ventas 6,6%, hasta las 201.552 unidades. Tras esas cifras hay una coyuntura que explica la situación, y tiene que ver con la producción, costo y disponibilidad de las baterías; problema que se había develado en tiempos de pandemia.
El desarrollo de los vehículos eléctricos guarda muchas similitudes con el que se dio en la telefonía celular; al comienzo de los años 90, los celulares eran de materiales muy pesados, de diseños obsoletos, y sobre todo, funcionaban con grandes baterías de muy baja durabilidad. Con el paso del tiempo y la incursión del litio en su producción, un metal más liviano, el mercado cambió y no solo las pilas duran más tiempo, son más potentes, pero sobre todo, hay miles de empresas en todo el mundo que las fabrican a menores costos, factor que ha llevado a que en el mundo estén funcionando más de 8.000 millones de celulares.
Con los carros está pasando algo similar, pero más complejo. Solo 2% de los 93 millones vehículos fabricados anualmente en el mundo son eléctricos, porque la demanda no ha crecido y los consumidores son conservadores al decidir pasar de la gasolina a la electricidad para la movilidad.
Lo que más influye es la red de las electrolineras y el tiempo que se necesita para cargar un carro eléctrico. Si bien las cosas han ido cambiando, aún la industria automotriz está muy lejos de tener clientes satisfechos en costos y utilidad; los precios siguen siendo muy altos, no hay buena red de estaciones de servicio especializadas, las baterías no duran, el tiempo de carga es alto y los viejos tenedores de carros se aferran a la gasolina porque les da más seguridad y confianza, asuntos que tardarán algunos años antes de resolverse.
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