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El Presidente electo, Gustavo Petro, debe designar a su ministro de Hacienda para enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados y para señalar el rumbo de su gestión económica
A la luz de las cotizaciones de las acciones de las empresas minero energéticas con intereses en Colombia y de la volatilidad del dólar frente al peso, es imperativo para el presidente electo, Gustavo Petro, que nombre al sucesor de José Manuel Restrepo en la cartera de Hacienda. No está bien crecer la incertidumbre frente a lo que vendrá a partir del próximo 7 de agosto en materia de impuestos, pensiones y de la política petrolera.
Los grupos económicos más importantes con inversiones en el sector financiero, en especial en el área pensional; la empresa más grande, Ecopetrol; y el mercado de divisas están a la expectativa del nombre que llevará la batuta económica ante el sector productivo, la banca multilateral y las firmas calificadoras de riesgo. Dejar pasar los días sin que haya humo blanco en esa designación aumentará el estrés y será caldo de cultivo para que los especuladores adelanten su agosto.
Hace dos décadas, el fundador de Fedesarrollo, Rodrigo Botero, exministro de Hacienda, profesor asociado de la Universidad de Harvard, además de columnista emérito de este periódico, escribió una columna de opinión que viene como anillo al dedo. “Decía el estadista francés Pierre Mendès-France que gobernar es escoger. Esto implica, además del sentido obvio de tomar decisiones, el menos obvio de tener que descartar opciones alternativas una vez hecha una determinada escogencia. Una escogencia de importancia crítica requiere un proceso de deliberación cuidadoso. En algunos casos, el proceso mismo puede determinar el producto y aún formar parte inherente del mismo”.
Decía Botero que si pudiese convocar al candidato por un aviso de prensa, sería: “Requiérese profesional altamente calificado (a) preferiblemente entre los 40 y 50 años de edad, con conocimientos de economía y finanzas a nivel de posgrado, trayectoria reconocida, tanto en el sector público como el privado, prestigio internacional, dotes de liderazgo demostradas, experiencia administrativa, independencia de criterio, visión de conjunto, firmeza de carácter, habilidad negociadora y capacidad de convocatoria. Se espera que formule y ejecute un plan de salvamento para evitar la inminente bancarrota, reclute y motive un equipo de colaboradores y obtenga los recursos, tanto financieros como técnicos requeridos para cumplir su misión.
Debe tener facilidad de expresión escrita y verbal así como un manejo adecuado de los medios de comunicación social. Dominio del inglés, requisito indispensable (...) El (la) candidato (a) debe estar en excelente estado de salud, tanto física como mental. Debe estar disponible por un período de cuatro años y dispuesto (a) a trabajar dieciocho horas diarias, siete días a la semana, bajo condiciones extremas de presión e inseguridad. Inaceptables pre-candidatos presidenciales. Remuneración modesta”.
Botero finalizaba diciendo que la lista de personas que reúnen las condiciones necesarias para llevar a cabo la labor es reducidísima. Esas personas, que se cuentan en los dedos de una mano, precisamente por estar capacitadas para el cargo, son conscientes de la gravedad de la situación y de la magnitud del costo que implicaría aceptarlo.
“Es difícil sobre-estimar la importancia que tiene para el éxito del gobierno que se inicia, acertar en el nombramiento de Ministro de Hacienda”.
Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados