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El año llega a su primera quincena con un barril de petróleo en US$70 y el dólar por debajo de $2.900, dos factores que pintan bien para 2018
Por donde se mire este 2018 comienza con “aparentes” buenas noticias en el campo económico: el precio del petróleo sigue buscando niveles altos en su historia reciente, muy por encima de US$65 el barril. El otro componente de las ecuaciones económicas tradicionales tiene que ver con el dólar que está a la baja (devaluándose frente al peso), incluso este fin de año pocas veces se mantuvo en la franja sicológica de los $3.000. Hoy la moneda estadounidense se cotiza a $2.855, una cifra halagüeña si se compara con la de enero pasado, que fue de $3.000. El tercer elemento económico que hace mirar el vaso medio lleno, más que medio vacío -en términos económicos- es la revisión al alza del crecimiento económico estimado por la banca multilateral que pone a Colombia ahora a crecer 2,9% en 2017, porcentaje que sorprende hasta al mismo Gobierno Nacional que había presupuestado un tímido 2,7%.
La inflación de diciembre también es una buena noticia, registró un alza de 0,38%, un porcentaje bueno si se compara con el mismo mes de 2016 que fue de 0,42%, y más aún con el de enero de 2017 que registró 1,02%. El ritmo alto del costo de vida está controlado por ahora y el Índice de Precios al Consumidor poco a poco entra a la franja prometida por el Banco de la República de entre 2% y 4%. Con el dólar devaluado, el petróleo en sus mejores precios, buenas estimaciones de crecimiento y la inflación dentro de la meta, se puede empezar a decir que este 2018 pinta mejor que los años anteriores cuando estos mismos datos se cernían como nubarrones oscuros sobre la economía; ahora bien, todos los anteriores son datos mediocres y sustentados en acciones en los que las autoridades económicas poco han tenido que ver. El buen precio del barril de crudo se debe a manipulaciones políticas de la Opep y a la movida de inventarios y reservas en Estados Unidos. La revisión al alza del crecimiento del PIB se basa en lo anterior (el panorama petrolero global) al tiempo que la inflación tiene un vínculo especial con la oferta de alimentos abundante en tiempos de tanta lluvia como los registrados durante el último trimestre del año anterior.
Uno de esos datos fundamentales es muy bueno para el consumidor. Se trata del dólar barato, una noticia medianamente agridulce, pues es regular para los exportadores (como Ecopetrol) quienes reciben menos pesos por cada dólar vendido en los mercados externos y buena para los importadores que destinan menos pesos para cambiarlos por dólares en sus compras de maquinarias o bienes y servicios adquiridos en otros países. Así el Emisor pondere con muy poco peso el juego que los productos importados tienen en la canasta familiar, efectivamente esta situación cambiaria representan un alivio para los consumidores y el dólar barato hace que los supermercados no suban productos como las cuchillas de afeitar o los perfumes, al ritmo de los vaivenes que representa una divisa estadounidense cara.
En conclusión el año comienza soplando buenos vientos económicos que deben sentirse desde los consumidores, ahora se le pide al Gobierno Nacional aprovechar esta coyuntura para por fin materializar las estrategias de recuperación como Colombia Repunta, aún faltan ocho meses en los que se puede trabajar para tener un buen 2018.
Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados