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Con el Decreto 1376 de 2007, el expresidente Álvaro Uribe estableció la semana de receso con el objetivo de otorgar días de descanso a los estudiantes y promover encuentros familiares
Colombia es uno de los países con mayor cantidad de días festivos o feriados al año, al tiempo que es el que más horas al día trabaja, pero también ocupa el primer puesto en improductividad, a la luz de cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde.
El número de horas trabajadas por semana son 47, pero comparado con el promedio del “club de las buenas prácticas”, solo aporta US$19,50 a la economía local por cada hora laborada. Con estas cifras, Colombia tiene la jornada más larga por número de horas de trabajo y, a la vez, es el más improductivo.
Así las cosas, es el país menos eficiente en rendimiento laboral del total de países Ocde. Y si a esta realidad laboral se suma que Colombia tiene más de 20 festivos cada año, se tiene que realmente la jornada laboral de 47 horas a la semana pocas veces se cumple, la razón de tal cantidad de días de asueto es que en 1983, hace 40 años, hubo una norma, la Ley Emiliani, que convirtió los festivos que partían la semana en puentes, casi 16 semanas carecen de lunes laborables, a lo que se suman muchos festivos, que no se movieron, que caen los viernes, generándose otro puente “involuntario”.
Como si fuera poco, la Semana Santa es una realidad vacacional, como la llamada semana de receso desarrollada por el expresidente Álvaro Uribe en 2007 para que los estudiantes y sus padres o familiares pudiesen compartir durante el segundo semestre. Solo septiembre y febrero no tienen días festivos, el resto del año está lleno de feriados y puentes.
De otro lado, hay muchas empresas generosas con el tiempo de sus empleados que otorgan el día de cumpleaños como descanso. Las vacaciones no son largas como en otros países, solo son 15 días hábiles o 20 calendario. Si se suman todas esas realidades laborales, se tiene que la jornada laboral en Colombia hace rato bajó de 47 horas a la semana y que el solo trabajar cuatro días semanales es una tácito, solo que no se han hecho bien las cuentas individualizadas.
La hipótesis es simple: cada trabajador en Colombia trabaja menos de 47 días a la semana y las semanas de cinco días hábiles son menos de 50% de las 53 calendario. Lo que sucede es que culturalmente no se ha aceptado esto, pero el régimen laboral, la productividad, las vacaciones y las jornadas son temas no profundizados por las centrales obreras y las autoridades laborales colombianas.
No está mal la semana de receso de octubre de cara a los estudiantes, lo que sucede es que de nada vale que los estudiantes estén en casa si sus padres siguen en el trabajo. El gran objetivo que era compartir en familia no se cumple, incluso se convierte en un problema para los jefes de hogar porque los más jóvenes no tienen planes qué hacer y sus padres no pueden simplemente desentenderse de sus obligaciones.
Una solución siempre será el teletrabajo, que las empresas durante esta semana permitan a los padres tener trabajo en casa, sin perder productividad. La reforma al régimen laboral que se estudia en el Congreso debe tener muchas consideraciones reales sobre el mundo laboral colombiano, enfocarse más en la generación de empleo formal, la productividad y las jornadas, para lo cual deben trabajar las fuerzas tripartitas en función de una mejor calidad de vida, siempre y cuando haya una productividad real. Es el momento de estudiar temas ciertos que todos pasan por alto.
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