.
EDITORIAL

Siete de cada 10 transacciones son por internet

viernes, 3 de septiembre de 2021

Los servicios bancarios dieron un salto en tiempos de pandemia; incluso, la bancarización mejoró. el reto es avanzar en un sistema de pago único que beneficie al cliente

LR

Las relaciones de los cuentahabientes con los banqueros son de amores y odios. Dice el adagio popular que los clientes experimentan dos alegrías muy marcadas cuando entablan un nexo económico con una entidad financiera: la primera, cuando le desembolsan un préstamo, y la segunda ocurre cuando terminan de pagarlo.

Entre tanto, el camino de la amortización es todo un calvario marcado por las tasas, el servicio y los coqueteos de las otras entidades. Eso ocurre en todos los países que tienen sistemas financiero fiables, sólidos y con sabor local. Los bancos en Colombia se han convertido en uno de los sectores económicos más importantes; los llamados servicios financieros están pesando mucho en la economía y se han convertido en uno de los pilares del crecimiento.

En el segundo trimestre, este renglón de la economía creció 4,9%, una de las cifras más altas y son el soporte de los demás sectores, en particular de la construcción, el agro y las manufacturas.

Durante los casi 20 meses de la pandemia, sucedieron dos hechos importantes para el sector financiero: uno, creció la bancarización por la ayuda que el Gobierno Nacional dio a las personas más necesitadas, quienes recibieron los subsidios por el sistema; y la otra, que la digitalización de las operaciones financieras se disparó.

Durante el primer semestre del año, 69,9% de las transacciones que se realizaron en el sistema financiero se hizo a través de canales digitales como la banca móvil e internet. Los datáfonos evidenciaron un incremento importante, ubicándose en el tercer puesto, con una participación de 8,4%.

Una realidad que es muy difícil revertirla porque aún persiste entre los cuenta habientes el temor no infundado a las multitudes, al dinero físico y a las aglomeraciones que puede representar ir a un banco. La digitalización de los usos de los servicios bancarios es una realidad muy difícil de cambiar y que también llegó para quedarse.

Si bien los canales digitales y las oficinas se mantienen como los medios por los que se mueven la mayor cantidad de recursos, registrando 70,7% del total transado, el número de operaciones monetarias y los montos aumentaron 5,8% y 4,9%, respectivamente, frente a lo registrado en el segundo semestre de 2020. Las operaciones no monetarias disminuyeron en 12,8%. Aún hay unos hábitos de confianza solo en los movimientos reales hechos por cajeros y es una costumbre que poco a poco se va desarraigando, pero los bancos deben trabajar más en profundizar en la socialización de las transacciones por internet.

Esto hace que un cliente logre tener el control de sus operaciones cotidianas, administre mejor sus recursos disponibles y cuente con un panorama global de cada peso que le entra y que sale, lo que mejora notablemente las finanzas personales; y el banco logra disminuir costos administrativos, pues no contrata personas para hacer transferencias, pagos, consignaciones o consultas de saldos, tal como sucedía hasta hace pocos años.

Pero aún estamos crudos en Colombia para agilizar las movidas financieras y lograr que los clientes puedan hacer transacciones más baratas. No hay un sistema de pago unificado (conjunto de recursos utilizados para las transferencias u operaciones), todos los movimientos interbancarios son caros, lentos y confusos, tarea que deben asumir las instituciones de control y vigilancia para verdaderamente avanzar a otra etapa de desarrollo bancario.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA

MÁS DE EDITORIAL

Editorial 23/12/2024 El año más definitivo

Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados

Editorial 21/12/2024 Poca natalidad, un problema inminente

Colombia registró el pasado octubre la tasa de natalidad más baja de la última década, visibilizando un problema de grandes consecuencias para la economía