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Todo el mundo está hablando de inteligencia artificial, pero antes debe darse el paso a la sostenibilidad de los medios de comunicación, empezando por el papel de los diarios impresos
El mundo vive una auténtica revolución de la información, o dicho de otra manera, atraviesa por la era de la información dominada por las interfaces tecnológicas ordinarias como celulares, computadores, portátiles, tabletas, relojes, asistentes virtuales y toda una gama evolutiva de soluciones que nacen cada día para mantener a las personas informadas de todo lo que sucede al segundo.
Los medios ancestrales como libros y periódicos compiten en contra de nuevos hábitos de lectura y entretenimiento signados por los algoritmos que perfeccionan los datos, los momentos y enfilan las decisiones de los nuevos consumidores.
Poco a poco se va desplazando la versatilidad de los impresos y nuevas preocupaciones llegan a un mercado muy competido ya por las redes sociales, como ahora son los sellos globales de sostenibilidad, de amigabilidad con el ambiente y los novísimos retos de la inteligencia artificial.
Toda una batería de retos tecnológicos enormes que obligan a las empresas informativas a dar un segundo o tercer salto digital, pero primero a rehacer una cultura organizacional, de logística y de costos más eficiente que consideren los imperativos que rigen al consumidor de información.
El periódico que hoy, usted lector recibe, está elaborado con papel hecho a partir de fibras de celulosa de caña de azúcar, un salto enorme en función de las nuevas exigencias ambientales. Hasta hace solo una década, el papel con que se hacían los periódicos era obtenido de maderas pulpables, blandas, absorbentes, resistentes, como abetos, alerces, eucaliptos y abedules; un país del trópico como Colombia tenía que importar de Chile, Argentina, Canadá o los países escandinavos el papel, asumiendo los costos de los fletes e importaciones.
Que poco a poco se estandarice la elaboración de periódicos con materia prima dentro del país es un gran paso en función de la sostenibilidad en la difusión de la información. Desde siempre, el papel periódico ha sido el prototipo del reciclaje y más aún ahora que se pueda producir desde fibras vegetales locales.
Las tintas con las que se plasman estas letras, también son elaboradas de manera sostenible y la huella de carbono generada al redactar los contenidos es medida en función de los recursos utilizados como agua, energía, horas individuo, todos esos indicadores que deben determinar las buenas prácticas.
En ese contexto, llega la inteligencia artificial que está revolucionando todas industrias y los medios no son la excepción. Herramientas de inteligencia artificial cambiarán la forma cómo se hacen y se consumen las noticias; una oportunidad que la tendrán solo los medios de comunicación que se adapten a las demandas de las nuevas generaciones; que usen ChatGPT o Bart o como aliados para seguir vigentes.
Lo que está claro, por ahora, es que las primeras víctimas de esta nueva etapa de cómo se consume información son los algoritmos en redes sociales, pues lo promocional o lo comercial general será desechado, el alto volumen será historia, el tráfico abrumador será parte del pasado; en adelante la precisión, credibilidad y experiencia sobrepasarán a la inmediatez que será solo un commodity, pues todos tendrán acceso a todo en tiempo real. La inteligencia artificial bien construida se ha empezado a expandir y privilegiará a los medios con tradición y contexto que sean responsables, sostenibles y probos en la generación de los contenidos.
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