Tasa de cambio al ritmo festivo de fin de año

El Banco Interamericano de Desarrollo, BID, dice que las remesas hacia los países de América Latina y el Caribe marcarán un récord en 2024, muy a pesar de tener el crecimiento más bajo de los últimos años, los países de la región recibirán US$161.000 millones por este concepto en el año que termina, un crecimiento de 5% respecto a 2023.

El informe se alinea, en el caso colombiano, con el reporte del Banco de la República que dice que las remesas alcanzarán este año un nuevo récord superior a US$10.000 millones. Según las cuentas del BID, la cifra estará en US$11.830 millones, mientras que algunos think tank locales hablan de US$12.100 millones, por ahora, lo cierto es que con corte al tercer trimestre, la recepción de divisas alcanzó US$8.680 millones, 17,2% superior al mismo trimestre del año pasado, cuando fue de US$7.404,2 millones.

Entre enero y marzo fueron US$2.720,8 millones; entre abril y junio US$2.906,8 y US$3.052,7 millones para julio y septiembre. Lo normal es que para el último trimestre, octubre y diciembre, la cifra se dispare por la temporada de fiestas y vacaciones, tiempo durante el cual los envíos llegan a triplicarse, especialmente los provenientes de Estados Unidos, que representan poco más de la mitad, con US$4.637,4 millones registrados hasta el tercer trimestre. Desde España llegaron US$1.336,1 millones, un flujo en crecimiento.

De Venezuela son US$43,9 millones, una cifra que no se veía en los años inmediatamente anteriores. La estimación del BID, el Emisor y los centros de investigación económica, es que el monto se incrementará 17,1% frente al año pasado, cuando alcanzó más de US$10.000 millones, y 1,8 veces superior al registrado en 2019.

La economía colombiana, en términos de aporte de las remesas, está viviendo una auténtica época de cambio, reflejada en la transformación de hábitos y patrones de consumo e inversión en varias regiones; por ejemplo, en el suroccidente, viejo Eje Cafetero, Valle del Cauca y Cauca, las remesas son una “suerte de petróleo” que dinamiza la construcción en pueblos y ciudades. Para el BID, “las remesas de América Latina varían según la nacionalidad, el sexo y los años de permanencia en el exterior de las personas, los montos enviados oscilan entre US$131 y US$648 mensuales, y representan entre 6% y 23% de los ingresos de las personas migrantes (...) Más de la mitad de las personas migrantes indica enviar dinero a la madre y una de cada tres al padre. Entre los hombres, la mediana de remesas enviadas es de US$300 mensuales y se mantiene estable durante los primeros 15 años, disminuyendo como porcentaje de los ingresos a medida que estos comienzan a crecer. Entre las mujeres, el porcentaje de ingresos destinado a remesas se mantiene estable en el tiempo por lo que los montos enviados aumentan a lo largo de los años”.

Por lo general, en Colombia, el dinero enviado desde el exterior se destina a la manutención familiar que incluye educación, comida, vivienda, transporte, entre otras. Lo normal, cuando las remesas se convierten en pilas de la economía, como sucede en México y Centroamérica, el dinero se destina al ahorro, los pequeños negocios y la compra de bienes inmuebles. Colombia atraviesa la primera fase de remesas, pero en el próximo lustro este dinero creciente será el motor de la economía territorial, para lo cual se debe preparar el sistema financiero, por ahora una buena parte se queda en las empresas de giros y remesas.