Toca cuidar la gallina de los huevos de oro

Ecopetrol sigue siendo la joya de la corona del Gobierno colombiano, así lo demostró en su informe de resultados del primer trimestre, cuando sumó una producción de 692.000 barriles por día, generando así ingresos por $32,4 billones y una utilidad operacional de $7,3 billones. Esto es solo una muestra de cómo con un manejo adecuado de los recursos energéticos del país puede generar la caja suficiente para financiar programas y obras que se crean desde el Gobierno Central, sin dejar del lado los avances en transición energética. Para nadie es un secreto que Colombia también ha logrado sumar en esta materia, al alcanzar 741,01 MW (megavatios) de capacidad instalada con fuentes renovables no convencionales, acercándose a la meta del cuatrienio de llegar a 2.500 MW para 2022.

Lo que no se puede olvidar es que estas dos fuentes pueden coexistir y generar más beneficios para un Gobierno que necesita caja para cubrir su déficit fiscal, bajar el alto endeudamiento y financiar subsidios de empleo o pago de pensiones.

El tema se debe seguir poniendo sobre la mesa, más aún cuando Ecopetrol ha destinado recursos significativos a estudios para mejorar su sostenibilidad. Un ejemplo de esto es la alianza que realizó con Accenture y Amazon Web Services (AWS), y que busca con gemelos de sus operaciones en el metaverso gestionar y ahorrar cada vez más agua. Este piloto, además, permitiría que toda la industria logre que su producción reduzca el uso de agua dulce en 66% y llegue a cero vertimientos a las aguas superficiales para 2045.

Las discusiones no pueden ser blanco y negro y deben tener en cuenta las apuestas por la sostenibilidad con las que se están comprometiendo las empresas, como los planes para reducir las emisiones, inclusive las de Alcance 3, es decir, esas que se generan indirectamente de la cadena de valor de la compañía. El próximo gobierno no puede pasar por alto que Ecopetrol es la primera petrolera en América Latina en fijar la meta de ser carbono neutral para 2050.

Entender esa neutralidad y el plan de sostenibilidad a 2050 será el punto clave para coexistir en un mundo que pide más acciones contra el cambio climático, sin debilitar la explotación de energéticos como petróleo y gas, lo cual le terminaría costando a la Nación cerca de $13 billones cada año para el siguiente cuatrienio.

Una política que elimine la exploración petrolera no solo afectaría las reservas a largo plazo, sino que disminuirá la explotación actual de empresas que operan en el territorio, generando así que la producción caiga 47% en los próximos cinco años, según cálculos de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), que alertó que sin una protección a los productores tendríamos que empezar a importar gas desde 2026; se generaría un sobrecosto en la tarifa de los hogares; se afectaría la tasa de cambio, y la inflación golpearía cada vez más a los alimentos y productos básicos.

La buena noticia la dio ayer el Ministerio de Energía: las reservas subieron de 6,3 años a 7,6 años, el incremento más alto desde 2009, así que la tarea con estas cifras sobre la mesa será del próximo gobierno, que tendrá en las manos la decisión de cuidar o acabar con la gallina de los huevos de oro.