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El sector productivo ha tomado la vocería en proponer ideas para un plan contracíclico que, a juzgar por el consejo económico que realizó el gabinete ayer, ha empezado a hacer mella
Ya han pasado 22 meses de esta administración y aún no se ha presentado un plan contracíclico que levante los indicadores en rojo, que alarman al sector productivo. Los empresarios y líderes gremiales han sido quienes han levantado la voz, han advertido la situación, y hasta han propuesto ideas para lograr la tan anhelada reactivación económica. La tasa de inversión como porcentaje del PIB cayó 6,9 puntos porcentuales desde septiembre de 2022 hasta marzo de este año, la producción industrial bajó 7,6 pps, la producción de obras civiles se desplomó 10,8 pps, la venta de vehículos descendió 43 pps y la de vivienda 29,9 pps.
Y aunque varios estudios señalan que la fase de desaceleración de la economía colombiana inició en el tercer trimestre de 2022, poco o nada se ha hecho para enfrentar el problema. No nos podemos dar el lujo de seguir esperando a que pase. ¿Y por qué? Las señales que está dando el enfermo son claras y no se puede dejar que empeore.
El caldo de cultivo está dado: en el mercado laboral hay un nivel altísimo de informalidad de 56% de la población económicamente activa, sumado a una productividad que bajó 1,71% en 2023. Esto se traduce en una pobre creación de empleo de calidad, y como lo dice el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, cuando una economía crece por debajo de 3%, la gente se sale del mercado laboral.
La noticia es que Colombia creció solo 0,6% en el primer trimestre de este año, lo que deja al país mal parado en el escenario macroeconómico. Y eso afecta a las empresas. Por eso, no es de extrañar que sea el sector productivo el que tome la vocería en este asunto.
Muy importante la intervención de María Lorena Gutiérrez, nueva presidente del Grupo Aval, en el Foro LR ‘Ideas para reactivar la economía’, donde señaló que los sectores clave sobre los que hay que trabajar de manera inmediata son: vivienda, donde hay que aumentar el número y el monto de subsidios; infraestructura, donde planteó recuperar las figuras de las concesiones y retomar el financiamiento de las obras; en turismo falta inversión, infraestructura y capacitación, además de garantizar seguridad en el territorio, y propuso eliminar el IVA a tiquetes y hoteles.
Esto, sin dejar de lado la vocación minero energética que Colombia ha tenido por décadas. En cuanto a estrategias, le hizo un llamado al Banco de la República para que baje las tasas de interés, si bien reconoció que demora mucho su llegada al consumidor, aseguró que es una medida de reactivación importante y que deben caer, al menos, 75 puntos básicos en junio.
Otra de las estrategias es el nearshoring para relocalizar las cadenas de producción a los destinos más cercanos. Por último, pero no menos importante, es un cambio de actitud la que debemos tener, dejar las peleas, los discursos fundamentalistas y ser más pragmáticos. Solo así, el país podrá generar confianza para atraer inversión, terminar las obras inconclusas y mirar hacia el futuro, tal vez a una Colombia 2030, donde los lunares no sean los mismos. Pareciera que el discurso en pro de la reactivación está teniendo eco en el Gobierno.
Al menos si se tiene en cuenta el consejo de ministros de ayer, que fue planteado precisamente para tratar el tema. Esta administración tiene el sartén por el mango y es momento de que evidencie que está pasando a la ejecución.
Para desvanecer el reino de la incertidumbre se necesitan acciones concretas, con foco y objetivos precisos, 2025 debe ser un tiempo de hacer, ejecutar, quejarse menos y garantizar resultados