Un crecimiento de 3%, menor de lo esperado

El primer trimestre del año fue muy regular para la economía al registrarse un crecimiento de 3% muy inferior al pronosticado por los analistas que lo ubicaban cerca de 4%. El primer dato de este año es bastante más bajo si se compara con el mismo periodo del año anterior cuando alcanzó 8,2%, no obstante, si se compara con el cuarto trimestre del año pasado, de octubre a diciembre de 2022, las cosas no se ven tan mal, cuando solo subió 2,1% (antes 2,9% se revisó a la baja). La marcha económica del año va a un ritmo de 2,1%, en enero 4,8%; febrero 2,4% y marzo 1,65%.

El sector que está impulsando el crecimiento es el financiero en el conjunto de sus actividades, con seguros incluidos, aportando 1 punto; le siguen las actividades artísticas y de entretenimiento, con 0,7 puntos. Si bien todos los sectores tuvieron un comportamiento en terreno positivo, la construcción brilla porque fue la única actividad en rojo al caer 3,15%; situación que puede explicarse por el buen comportamiento de las actividades financieras: las tasas más altas del mercado pueden haber deprimido (como consecuencia) la colocación de dinero en el mercado y la caída en las ventas de casas.

El comportamiento de la economía puede rotularse como bueno para los bancos y muy mal para las constructoras, explicando dicha paradoja por la errática política de la Junta del Banco de la República de mantener las tasas de interés al alza. Las actividades financieras y los seguros crecieron 23% respecto al mismo período del año anterior.

La otra parte del drama de este sector el Dane lo identifica en la caída de la construcción pública, donde se ve un descenso de 14,9%, en las de obras civiles, es decir, los gobiernos nacional, locales y regionales, no están construyendo nada importante. Si los constructores de casas, bodegas y oficinas están casi parados por falta de compradores, ahuyentados por las altas tasas de interés, los alcaldes gobernadores y nuevos funcionarios, tampoco están ayudando a que el sector se reactive y genere los empleos que tradicionalmente pone.

Es más: la construcción es una de las actividades más eficientes en el pago de impuestos. Claramente la caída en crecimiento de la economía (anualizada comparando los trimestres iguales) tiene que ver con el frenazo en la construcción y la explicación no es otra que tasas y falta de ejecución gubernamental.

El otro lunar en el crecimiento es el sector agropecuario, que solo se expandió 0,3%, que si bien es positivo, pues el campo venía de caer en los trimestres pasados, no se compadece con la buena demanda de alimentos y los altos precios en los productos del agro que van a destinos internacionales, como café, flores, bananos y otras frutas. A menos de 90 días para que la administración de Gustavo Petro llegue a su primer año de Gobierno, aún no se ven sus apuestas por el crecimiento sostenible que genere más empleados formales y sostenga la tributación.

Poco a nada han cambiado las actividades turísticas y la generación de energías renovables y sostenibles, tampoco se han visto impactadas por políticas públicas enfocadas a su desarrollo. De la mano de los ministerios de Hacienda, Agricultura, Comercio y Vivienda, debe articularse un plan de crecimiento económico que asegure ejecución para el segundo y tercer año de gobierno de tal manera que la economía crezca de manera sostenida en este cuatrienio. Poco se ve en este momento.