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El debate al ministro de Hacienda estuvo marcado por la falta de conocimiento de los temas, los lugares comunes y el tufo político que no deja avanzar
Las más de siete horas que los congresistas le dedicaron en plenaria a debatir el papel del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, en los ‘Bonos Agua’ no fue una cosa distinta que pérdida de tiempo total. Por la simple razón que ninguno de los parlamentarios citantes se dio a la tarea de investigar nuevos datos, profundizar en las causas y consecuencias o mínimamente dominar los temas técnicos que revistieron la ingeniería financiera de esas emisiones de papeles valor hechas durante la crisis financiera de 2008, en medio de una coyuntura económica difícil para el país y para el mundo. Los opositores al Gobierno y malquerientes del Ministro solo usaron como documento de apoyo columnas periodísticas recientes, no fueron más allá, no hablaron con los alcaldes de los municipios afectados, como tampoco, intentaron ser objetivos con dicha operación financiera que sigue siendo un instrumento eficaz y expedito para contar con recursos ágiles y frescos en pos de la construcción de obras de infraestructura. Actividades que se deben hacer bajo la lupa financiera de las administraciones locales, regionales y nacionales, quienes deben garantizar que cualquier tipo de emisión y su dinero obtenido, sea usado para los fines argumentados. Hacer que los municipios de Colombia más necesitados puedan acceder al mercado de capitales y ser jugadores del mercado secundario es un imperativo, pero para eso se necesita de una política financiera de Estado a largo plazo que los acompañe en esta opción de financiación de obras públicas.
Echarle la culpa al Ministro de los malos manejos y decisiones erróneas de los alcaldes de 117 municipios es un error craso, pues equivaldría a responsabilizar a un gerente de banco de entregar una tarjeta de crédito a un cuentahabiente que se cuelgue en las cuotas o sea irresponsable en los consumos. En prospectiva, la estrategia de los ‘Bonos Agua’ ideada por Carrasquilla se debe reeditar con las mejoras pertinentes; nadie puede negar que tras esas operaciones financieras hay una solución a la falta de recursos para equipar a los municipios y departamentos de la infraestructura necesaria para ser competitivos. Sin duda alguna, el Ministro salió fortalecido de un debate sin profundidad y destemplado; es más, si en esa plenaria del Congreso hubiese habido congresistas más disruptivos, estudiosos y comprometidos con las finanzas públicas de las municipios, le hubieran exigido al Ministro que relanzara estos mecanismos de financiación para que haya una visión a largo plazo de las obras de infraestructura y su financiación en las regiones.
Si la primera generación de los ‘Bonos Agua’ salió mal por irresponsabilidad de los alcaldes, por las altas tasas del momento o porque no hubo acompañamiento, no quiere decir que es una mala idea. Lo otro, es que los funcionarios deben poner a servicio del sector privado su conocimiento acumulado en lo público para poder agilizar etapas de desarrollo. Obviamente, cumpliendo las inhabilidades en tiempo y temas; de lo contrario, ningún profesional iría a trabajar como funcionario, pues quedaría impedido para hacer lo que sabe ejecutar, como fue el caso de Carrasquilla con su ingeniería financiera. Allí están la Contraloría y Procuraduría para vigilar este tipo de situaciones y actuar con todo el peso cuando haya que hacerlo. Ahora lo que tiene que hacer el Ministro -una vez fortalecido- es empezar a idear una Ley de Financiamiento que haga crecer de nuevo la economía.
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