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Hay otras maneras de dinamizar el consumo masivo sin que se lesionen las arcas estatales y que se vuelva paisaje, algunos suben los precios y otros no le apuestan porque es opcional
El Ministerio de Hacienda y Planeación Nacional demostraron que es factible devolverle el IVA a los sectores económicos más necesitados y que no hay que satanizar este impuesto tal como se ha hecho hasta ahora, pues no solo es uno de los de mayor contribución con $31,7 billones de los $112 billones que se han recaudado a septiembre, sino que es el más universales de los tributos.
El populismo y el lobby sin sentido, han ganado todas las batallas que se han librado en la discusión de las últimas reformas tributarias de unificar todas las tarifas a 19% o 21% sin hacer ningún tipo de exclusiones ni exenciones; por ejemplo, excluir la canasta familiar del cobro de este tributo es hacer que los sectores de más bajos ingresos sigan subsidiando la canasta de los sectores de mayores ingresos, que bien pueden costear el IVA de los huevos, la carne, la leche o el pan.
El cobro del IVA, con todo su complejo universo, es el “arca de alianza” que debe rediseñarse para hacerlo más justo y mucho más entendible por los contribuyentes naturales y jurídicos. Los días sin IVA diseñados por el Gobierno actual son un buen comienzo para entender el papel de este impuesto ochentero en el fisco nacional y todas las dimensiones que tiene, por qué no, en el ingreso de las familias de pocos recursos.
No sobra reiterar que es el más universal de todos los tributos y que hay estudiosos que proponen nuevas formas de optimizarlo, incluso que a través de él se pueda cotizar para la pensión; en otros casos puede ser una fórmula para pagar los peajes, etc. El IVA en Colombia está en su etapa más primitiva de aplicación, pero en él reside una manera distinta de ver la contribución de las personas al Estado y cómo se benefician de los impuestos.
La devolución del IVA es una activación para la ayuda social, pero hay que pagarlo en todos los bienes y servicios. Ahora bien, pretender que se institucionalice un día sin IVA en el calendario es una “colombianada” sin mayor análisis ni dimensión económica, una idea populista que siempre se vuelve paisaje, pues quedó demostrado que muchos comerciantes subieron los precios o simplemente no se acogieron a la medida; más aún, hubo sectores que explícitamente solicitaron no ser tenidos en cuenta en las multitudinarias jornadas de compras y de estimulación a consumir para dinamizar la economía sin importar si los bienes y servicios eran “made in China” o de cualquier otro país asiático que fabrica muy barato y que están acabando con las factorías locales.
Institucionalizar el día sin IVA es también darle sentido al contrabando que inunda el comercio colombiano porque no paga impuestos, estimula las economías ilegales y destruye la red industrial y manufacturera. Con una idea como esta es que socializa y se hace populismo de que pagar impuestos no vale la pena y que el Gobierno Nacional se lleva una buena porción de las ventas, tal y como se escucha en el comercio informal.
La Dian se ha modernizado con la factura electrónica y con los primeros barruntos de inteligencia artificial aplicada al pago de impuestos y el cruce de bases de datos con la banca y el comercio. Este gravamen ya globalizado es muy fácil de controlar y recaudar, y es una manera de reducir la evasión cuando se hacen cruces con otros impuestos. Los comerciantes deberían ser los más amigos del IVA porque este impuesto les permite dar un salto a la formalidad y a la construcción de bienestar.
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