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Analistas 18/12/2024

Regalos

Yamid Amat Serna
Creador conceptual

¡Hay regalos de regalos!

Existe una fuerza extraña que crece entre nosotros, que parece ser mucho más que una inseguridad pasajera, que a pesar de su aparente silencio afecta con determinación las decisiones que tomamos, la forma de relacionarnos con el entorno y la manera de vernos a nosotros mismos, más que una tendencia es un movimiento que nos moldea con arcilla débil, que nos ubica en el territorio de la comparación permanente, que oculta nuestra autenticidad y dinamita la identidad: el miedo a no ser aceptados es una sombra ansiosa que se ha apoderado del ser humano, instaurando en él una angustia constante que le hace sentirse perdido, lamentable e indigno por tan solo contemplar la posibilidad de no pertenecer, aún sin saber a qué, es casi una nueva emoción que desgasta y corroe al individuo llevándolo a un vacío profundo donde el pánico al rechazo altera su existencia y lo expone inconexo de su verdadera naturaleza, preso del afán por encajar que destroza la autoestima y conduce a la autocensura para evitar el desprecio público por pánico al devastador fenómeno de la “cancelación”

La “cancelación” es un peligroso regalo que nos ha dejado la era digital, una manifestación contemporánea de ese miedo a la no aceptación pero llevado al extremo y lo peor de todo, producido y generado por un mundo anónimo donde su cultura se fundamenta en la exclusión inmediata, este fenómeno no solo produce aislamiento, genera pérdida de sentido de vivir, depresión y ansiedad.

La incapacidad de la sociedad para manejar el disentimiento, la variedad de pensamientos y opiniones, el contraste, las diferencias, es un hecho preocupante, pues en lugar de provocar el diálogo, el respeto, la reflexión, la compasión, se propaga la idea de que hay una sola manera correcta de ser, pensar y actuar para poder “pertenecer” lo cual evidentemente promueve, alienta y aviva el odio, pues es ese el eslabón en el que se desencadena todo: “si no hago parte, me odian”

En ese orden de ideas la cadena se representa así: el miedo a la no aceptación alimenta la inseguridad y la necesidad de hacer todo lo posible por pertenecer para evitar la cancelación, que no es más que la interpretación de un ser humano como un objeto de repudio, ciclo de exclusión en el cual la emoción más cercana al proceso es el odio, el odio bidireccional, pues quien se ha sentido bajo un constante ataque, al ser marginado, no tiene otro camino que odiar a su verdugo y más grave aún, odiarse a sí mismo, y quien se ha encargado de cancelar en su afán por dividir, odia a quien no hace parte de su grupo, movimiento o secta.

Miedo, cancelación y odio, legados de una era destructiva que deshumaniza. ¿Será esta temporada navideña donde siempre aflora la esperanza, momento oportuno para reflexionar al respecto y promover dentro los buenos propósitos del tiempo por venir, un espacio que convoque a la resistencia de este ciclo e invite a ver más allá de las diferencias y los juicios?

Habrá que decir y desear a los nuestros, en voz alta con amor supremo, que no hacer parte también es bello y digno, que no pertenecer es construir las bases y los cimientos de una identidad robusta y libre, que donde se pierde el miedo al rechazo se adquiere el amor propio, la autenticidad y la autoestima, regalos que hoy anhelo y pido a la estrella de la celebración decembrina.

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