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Pero en 2011 con un artículo de Michael E.Porter y Mark R. Kramer de la Universidad de Harvard, un nuevo concepto se unió a la responsabilidad de las empresas para así impactar a la sociedad y su entorno.
Se trata del valor compartido, que tiene un trasfondo que va más allá de obras de caridad o actividades responsables, y que se presenta un cambio en el pensamiento de quienes dirigen las empresas, que los invita a crear valor económico de una forma en la que también se genera valor para la sociedad, reconectando el éxito de los negocios con el progreso social y así resolver las necesidades de la población.
Como lo afirma Marco Llinás, vicepresidente de valor compartido de la Cámara de Comercio de Bogotá, “esta actividad es una evolución del concepto de responsabilidad social empresarial, en la medida en que sugiere que las empresas no se tienen que desviar de su negocio central para implementar acciones o iniciativas, que siendo buenas para su negocio, también generan retornos positivos para el entorno, particularmente en el tema social y ambiental”.
Son tres las formas en las que se puede manifestar este concepto ya sea reconcibiendo productos y mercados, donde el principal elemento está en función de la sociedad, en segunda instancia redefiniendo la productividad de la cadena de valor a partir del mejoramiento de calidad, cantidad, costo y confiabilidad, y finalmente, con la construcción de clusters que son la asociación de esfuerzos y organizaciones para fomentar la actividad industrial.
Las primeras empresas en implementar este concepto en 2012 fueron Nestlé , General Electrics (GE), Walmart, IBM, Intel y Unilever con programas que apoyan el desarrollo social, empresarial y ambiental.
Nestlé, desde 2012, ha sido reconocida por la fuerza con la que implementa el valor compartido en la organización, que se ha venido dando en el área de desarrollo rural con el apoyo al sector rural en productores primarios, en el medio ambiente y el agua por medio del sistema Nems (Sistema Nestlé de Gestión Ambiental), y en nutrición para apoyar a las comunidades más necesitadas con la mejora de sus hábitos.
Pero ¿cómo lograr implementar el valor compartido en su empresa? En Colombia, la Cámara de Comercio de Bogotá apoya a las empresas para que se desarrollen iniciativas y proyectos rentables, que generen mayores oportunidades para los ciudadanos, y que de la misma manera promuevan la prosperidad de la ciudad.
Marco Llinás, recordó el trabajo que realiza la CCB, la cual entrega un premio cada año como reconocimiento de este concepto. Además, afirmó que “la CCB tiene el concepto de la generación de valor compartido en su propósito superior. Precisamente se apunta es a acompañar a las empresas de Bogotá, particularmente a que estas compañías generen valor. Y en ese sentido, uno aterriza ese concepto de valor compartido a través de dos vías. Por un lado, por las acciones que la misma CCB desarrolla. Es decir, como actor privado es un generador de valor compartido. Pero adicionalmente, se hacen muchos esfuerzos y acompañamos a varias empresas para que ellas generen valor en la sociedad. Estos son los mecanismos a través de los cuales la CCB actúa y apoya a las compañías”.
Una de las formas en las que la Cámara fortalece y apoya el valor compartido es por medio de las iniciativas de clúster, que cada vez crecen más.
Porter y Kramer dentro de su explicación, plantean que cuando las empresas participan en estas iniciativas, que es la asociación de esfuerzos y organizaciones para fomentar la actividad industrial, están generando valor compartido ya que saben que la iniciativa permitirá una mejor competitividad y productividad para sus empresas, pero también a las demás que hagan parte de ese clúster.
Llinás manifestó que “es importante que se sepa que la CCB hoy está liderando el programa de clúster más profundo y ambicioso que hay en el país. Hoy en día en el país hay más de 80 iniciativas de clúster, 15 de ellas a nivel región se están trabajando precisamente a través del liderazgo de la CCB”.
Los 15 sectores en los que trabaja esta institución privada sin fines de lucro, están relacionados con moda, prendas de vestir, cuero, calzado, marroquinería y joyería, otros en negocios y eventos, música, gastronomía, industrias creativas y de contenido, comunicación gráfica, energía, salud, cosméticos, software y TI, lácteos, finanzas y farmacéutica.
Estas acciones demuestran que la CCB tiene un doble rol ya que, por un lado genera valor compartido al proporcionar estas iniciativas de clúster. Adicionalmente, los empresarios de los 15 clusters hacen un acompañamiento en diferentes arreglos institucionales que soportan estas iniciativas, y enseñan cómo hacer una redefinición de la productividad.
La Cámara de Comercio entregará premio
La Cámara de Comercio de Bogotá cada año, lleva a cabo una premiación en la que reconoce a las empresas que han contribuido a la solución de problemas ambientales y sociales. En 2016 el ganador fue Procredit (perteneciente a la iniciativa clúster del Grupo de Energía de Bogotá). Este año también se llevará a cabo el evento el primero de agosto, aunque aún no se han abierto convocatorias. Según afirmó Llinás “el premio es solo uno de los varios esfuerzos que hacemos por propiciar la generación del valor compartido”.
Las opiniones
Édgar Villamizar
Decano de Administración Unicafam
“El valor compartido cobra su importancia porque la empresa genera riqueza mejorando su desempeño organizacional”.
Marco Llinás
Vicepresidente de valor compartido de la CCB
“La Cámara de Comercio de Bogotá hoy en día está liderando el programa de clúster más profundo y ambicioso que hay en el país”.
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