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Empresas como Cinemark, Cine Colombia y Cinépolis decidieron apostar por las comunidades vulnerables para la expansión del séptimo arte.
Más allá de programas de reciclaje, las salas de cine del país han decidido entrar en el los programas que también aportan a la comunidad y por eso ven en los niños y adultos mayores una oportunidad para actuar. Empresas como Cinemark, Cine Colombia y Cinépolis decidieron apostar por las comunidades vulnerables para iniciar el proceso de expansión del séptimo arte.
Pablo Umaña, presidente de Cinemark, por ejemplo afirma que los cines no pueden quedarse atrás y deben trabajar estos programas porque “se tiene que devolver a la comunidad, y Cinemark siempre ha tenido la política del buen vecino y ayudamos sembrando. Ser responsables socialmente debe tener un ángulo de buen corazón, devolverle a la sociedad que tanto nos dan”.
Para seguir ese camino, la compañía cada año invita a niños de varias fundaciones de zonas de escasos recursos para que sean el público de una nueva película, y les ofrecen además de la entrada gratis las palomitas y bebidas para disfrutar la función con los que más de 20.000 niños en el país se han visto beneficiados en los 19 años que lleva Cinemark en el mercado, pero también lo hacen apoyando anualmente con recursos monetarios al programa Fútbol con Corazón.
Cine Colombia adicional al programa de reciclaje que promueve al momento de iniciar cada función, trabaja con entidades sin ánimo de lucro a las cuales les ofrece funciones especiales, luego de llevar a cabo un arduo estudio para verificar que sean niños y/o adultos mayores de escasos recursos los que se vean beneficiados.
Por esto es que hacen una selección con formularios en ciudades principales e intermedias como Bogotá, Barranquilla, Cartagena, Montería, Medellín, Cali, Pereira y otras.
Además de estas iniciativas que realizan todo el año, como celebración de los 90 años de la llegada de estas pantallas al país Cine Colombia creó el programa ‘Ruta 90’ con el objetivo de promover el séptimo arte y la generación de espacios de aprendizaje la cual finalizó el 15 de diciembre de 2017 pero que llegó a beneficiar a más de 30 municipios en el país.
Esta campaña, que tuvo el apoyo de la Armada Nacional, transportó por primera vez un teatro itinerante que llegó a zonas rurales en departamentos como Chocó, Nariño, Amazonas, Putumayo, Caquetá, Bolívar y La Guajira en los cuales se realizaron trabajos conjuntos para unir a la comunidad y a la vez crear un espacio de entretenimiento. Por esto, más de 30 municipios, conformados por comunidades indígenas y afrocolombianas tuvieron la posibilidad de ver películas como Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar y Un Jefe en Pañales.
La empresa mexicana Cinépolis también ha apoyado a las comunidades y ha promovido este modelo en cada uno de los países a los cuales llega, y por eso desde su casa matriz promueve la ayuda a las comunidades cercanas por medio de la Fundación Cinépolis en la cual desarrolla programas de salud visual, educación a través del cine y entretenimiento con sentido enfocados en los sectores más vulnerables de las sociedades de los países donde están.
“Se tiene que devolver a la comunidad, y Cinemark siempre ha tenido la política del buen vecino y ayudamos sembrando y siendo responsables socialmente”.
Con el programa ‘Vamos todos a Cinépolis’ más de 3,1 millones de niños en situación de vulnerabilidad de todos los países se han visto beneficiados. Y con la ‘Ruta Cinépolis’ han realizado más de 800 funciones al aire libre y aproximadamente 420.000 personas en México y Haití han hecho parte de los espectadores del programa.
