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Los productos diseñados con residuos del café cumplen su ciclo entre tres y 16 días, contribuyendo así para mitigar la contaminación
El uso excesivo de plástico se ha convertido en un dolor de cabeza para quienes a toda costa buscan cuidar el planeta y usar las menores cantidades posibles de este producto, a tal punto que se han creado alternativas que también puedan crear plástico, pero que no contaminen de la misma forma.
Cada año en Colombiael sectorplásticogenera cerca de 1,2 millones de toneladas de materiales, la mayoría hechos de productos químicos a base de combustibles fósiles, que después de ser tratados conforman múltiples empaques y envases para productos alimenticios y de aseo.
Según Acoplásticos, una fracción de la producción de la industria de plástico en el país se utiliza solo unos minutos, e incluso segundos, para luego desecharla, incrementando así los niveles de contaminación.
Pensando en esto, Mario Alejandro Vallejos Jiménez, magíster en ingeniería química de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), desarrolló empaques plásticos biodegradables aprovechando residuos del café, como la peptina, haciendo así una alternativa que podría ser la luz de esperanza en medio de las difíciles problemáticas que genera este producto altamente contaminante.
Y es que, la universidad explica que, según el plástico con el que sean fabricadas, las bolsas pueden tardar entre 10 y 50 años en descomponerse, lo que necesariamente aumenta la contaminación por este residuo.
"Para mitigar este impacto y tener otras alternativas se aprovecharon el mucílago y la pulpa del café –que se desechan– para elaborar bolsas que pueden cumplir su ciclo entre tres y 16 días. En ellas se podrían almacenar alimentos deshidratados y otros que no contengan alta humedad", indica el documento de la universidad.
Esto sería beneficioso en dos sentidos, pues, según la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), en 2021 solo el mucílago y la pulpa del café produjeron entre 80 y 140 kilogramos por tonelada, lo que representa un foco de contaminación.
"Si las personas toman este hábito y generan una mayor demanda del uso de este tipo de materiales que son amigables con el medio ambiente, manda un mensaje a las empresas fabricadoras de plástico"
Vallejos aprovechó estas propiedades, y junto con el extracto de la borra de café y la celulosa bacteriana (un polímero no tóxico y no contaminante) creó la fórmula para elaborar películas plásticas resistentes pero sostenibles.
Según indica el experto, este plástico puede ser usado "en la industria de los alimentos, siendo un bioproducto idóneo para los alimentos deshidratados y con bajo contenido de grasas". Esto, pues como se mencionaba, son muy solubles al agua, por lo que necesitan ser usados con productos con poco porcentaje de humedad.
Para que las personas del común puedan aportar a esta iniciativa, deben "ser conscientes del adecuado uso y exposición final de este material, es decir, si las personas toman este hábito y generan una mayor demanda del uso de este tipo de materiales que son amigables con el medio ambiente, manda un mensaje a las empresas fabricadoras de plástico", concluye Vallejos, explicando que así dichas empresas comenzarían a reducir el uso del plástico convencional.
