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Desafíos para la sostenibilidad
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Con los cambios regulatorios frente a la crisis climática, tensiones geopolíticas y avances tecnológicos, las empresas y los gobiernos del mundo estarán obligados a tomar decisiones estratégicas
Es claro que 2025 se presenta como un año crucial en muchos aspectos de sostenibilidad. Con los cambios regulatorios frente a la crisis climática, tensiones geopolíticas y avances tecnológicos, las empresas y los gobiernos del mundo estarán obligados a tomar decisiones estratégicas para enfrentar cada uno de los desafíos que en la actualidad se presentan. Según el Annual Trends Report 2025, de ERM Sustainability Institute, estos serían los diez retos más importantes que marcarán la agenda global frente a los negocios sostenibles.
En primer lugar, se encuentra cómo se debería responder al cambio climático o calentamiento global, ya que estos fenómenos siguen siendo uno de los desafíos más urgentes. De hecho, se tienen registros frente a que los gases de efecto invernadero alcanzaron niveles récord para el año pasado, y las políticas actuales indican que se deben tomar medidas drásticas, pues los registros de emisiones sitúan al calentamiento global en una trayectoria de 3,1 °C.
Este panorama está por encima del límite de 1.5 °C establecido en el Acuerdo de París y aún se plantea trabajar para mantenerlo. De no ser así, esto podría traer consecuencias devastadoras, como fenómenos climáticos más frecuentes, pérdida de biodiversidad y crisis hídrica. Asimismo, el informe revela que la inversión en energías renovables y la transición climática aumentaron, si se tiene en cuenta que en la COP 29 se cerró un acuerdo sobre fijación para continuar con la transición y en aras de un mejor futuro bajo compromisos climáticos para la próxima COP30.
Para mantenerse en línea con los objetivos climáticos, los países deben reducir de forma importante las emisiones que tienen. Las empresas, por su parte, empezaron a integrar una serie de planes de transición climática y estrategias de descarbonización, gracias al aumento de la demanda de energía, impulsado por las nuevas tecnologías y la electrificación de la industria, que amenaza diariamente con hacer más difícil la reducción de emisiones.
En segundo lugar, se encuentra la valoración del capital humano que cobra cada vez más relevancia en las estrategias empresariales. El bienestar de los empleados, la equidad de género y la diversidad laboral son aspectos fundamentales para poder mejorar tanto la productividad como la reputación de las organizaciones. En 2025, se espera que un número considerable de empresas se vinculen la compensación de los ejecutivos a métricas de capital humano, como el desarrollo profesional y la satisfacción laboral.
Sin embargo, hay desafíos por superar como la brecha salarial entre hombres y mujeres, que sigue siendo significativa y podría tardar bastante tiempo sin medidas estructurales. Además, la diversidad laboral enfrenta retrocesos en algunos países, con algunos descontentos frente a las políticas de inclusión en el lugar de trabajo. Desde el informe se afirma que las diferentes iniciativas siguen con obstáculos, especialmente en Estados Unidos.
En tercer puesto, habla frente a integrar los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), que son una serie de normas que evalúan el impacto de una organización en temas ambientales, estas mismas se convirtieron en un estándar para inversionistas y consumidores, pero también en igual medida generó controversia. En algunos mercados, como Estados Unidos, surgieron algunos movimientos en contra de las políticas ESG, pues argumentan el aumento en costos y limitación en la competitividad. No obstante, en otras regiones como Europa y Asia, la demanda de inversión sostenible continúa en ascenso.
El gran desafío para este 2025, será encontrar un equilibrio entre sostenibilidad y rentabilidad. Por esto las empresas deberán mejorar en la transparencia de sus reportes de ESG, centrales en la precisión al evaluar, divulgar los impactos de la sostenibilidad, garantizar las inversiones en tecnología sostenible que esté alineada con los estándares y aprovechar los sistemas de datos de sostenibilidad para poder identificar inversiones rentables.
En la cuarta posición se encuentra el proteger los ecosistemas naturales, debido a que el deterioro de los mismos es alarmante. En 2024, los incendios forestales alcanzaron niveles preocupantes, aun así el número de empresas que informaron sobre biodiversidad aumentó 43%, lo que demuestra el creciente interés que hay en la actualidad por abordar este problema.
A pesar de esto, las acciones concretas aún continúan con limitaciones, pues según se afirma en el informe la mayoría de empresas aún no implementan estrategias claras para reducir su impacto en los ecosistemas, y menos de 1% hoy por hoy tomó medidas significativas para cumplir sus compromisos ambientales. A medida que los gobiernos puedan reforzar medidas como la Regulación de Productos Libres de Deforestación en la UE, se espera que las empresas tengan la capacidad de enfrentar con mayor presión estos fenómenos, para demostrar su responsabilidad ambiental.
En quinto lugar, está el mejorar la transparencia en los informes de sostenibilidad. El informe añadió, que en 2025 se marcó un avance importante referente a la transparencia corporativa, con nuevas regulaciones obligatorias en sostenibilidad en múltiples países. Estos cambios de manera implícita traen la necesidad de más divulgación de información y datos.
Las empresas, por su parte, invierten cada vez más en software para mejorar la calidad y la recolección de diferentes datos. Ante la necesidad de transparencia, los inversores también piden constantemente información, la cual es compartida por las empresas para garantizar la sostenibilidad. A pesar de los avances, es necesario que las compañías estén más preparadas para las auditorías de sostenibilidad.
En el sexto puesto, existe la necesidad de construir cadenas de suministro más sostenibles y resilientes.Las tensiones geopolíticas y las regulaciones ambientales impulsan a una reestructuración en las cadenas de suministro global, si se toma en cuenta un mayor enfoque regulatorio en las emisiones de Alcance 3, las cuales obligarán a las empresas a reorganizarse hacia regiones con menor riesgo geopolítico y salidas credenciales de bajas emisiones de carbono.
De hecho, el comercio global alcanzó un récord de US$33 billones en 2024, pero las problemáticas actuales afectan la confianza en los mercados internacionales. De esta misma manera, se tienen registros de que en 2024, Estados Unidos mantuvo aranceles elevados sobre China e impuso tarifas a aviones, vehículos eléctricos y componentes solares.
Con la llegada de la nueva administración de la Casa Blanca, se prevé una escalada en las medidas protecciones, que incluye aranceles en productos que vengan de México y Canadá, sin contar China que se vio perjudicada igualmente, lo cual podría afectar la transición energética a nivel global y a las cadenas de suministro, bajo esta premisa es necesario empezar a contribuir en nuevas medidas más sostenibles y resilientes.
El séptimo lugar está la necesidad de impulsar la producción y el consumo sostenible, porque en 2025 es probable qué consumidores, inversores y organismos reguladores, presionen a las empresas para que reduzcan su impacto en el uso de plásticos y productos químicos, debido a que los clientes cada vez más demandan productos sostenibles.
No obstante, más de 50% de los consumidores europeos dudan de las declaraciones ambientales que hay de las empresas, por esta razón las recomendaciones son enfocadas en acelerar la adopción de tecnología bajas en carbono en los procesos productivos, además de fortalecer la sostenibilidad de los productos y la divulgación sobre el impacto ambiental operativo, para que así las empresas puedan facilitar una adopción de las demandas que hay en la actualidad.
En la octava posición, está la importancia de aplicar las tecnologías para la sostenibilidad, ya que estas representan una nueva forma de ver los desafíos que se presentan hoy en día. En 2025, se estima que las empresas continuarán en exploración de la inteligencia artificial, la realidad aumentada, la realidad virtual y los gemelos digitales, para impulsar el desempeño en materia ambiental.
Cabe destacar que el consumo de energía de la inteligencia artificial y los centros de datos están en aumento, lo cual podría a su vez poner en riesgo los objetivos climáticos de muchas empresas. Por esta razón, es necesario que las compañías implementen diferentes estrategias de IA responsables que ayuden a garantizar el uso ético de la misma y no está de más verificar en qué áreas estas herramientas pueden contribuir en vez de causar daño por sus altas demandas energéticas.
En el número nueve, está en la importancia de respetar los derechos humanos fundamentales, pues si bien la transición energética es fundamental para combatir el cambio climático, también genera preocupaciones sobre los derechos humanos en las cadenas de suministro de minerales críticos. El informe proporciona un seguimiento global de abusos en la extracción de minerales esenciales para la transición como cobalto, cobre, níquel y litio, que registraron cerca de 91 incidentes en 2023, de los cuales 61 afectaron a comunidades indígenas, por la falta de prevención.
De igual manera, entre 2021 y 2023, hubo 55 incidentes de violencia o protestas relacionadas con la extracción de estos minerales en los países que son los principales productores. Estas manifestaciones y conflictos suelen estar impulsados por diferentes razones como la contaminación ambiental, el desplazamiento de comunidades y la explotación laboral que se vive en las minas.
El desafío para 2025 es garantizar una transición energética justa, en la que se respeten los derechos de los trabajadores y las comunidades que son afectadas a diario por la minería. Se espera que tanto los gobiernos como los organismos internacionales, puedan reforzar las regulaciones para exigir mayor trazabilidad en la cadena de suministro y mayor responsabilidad corporativa.
Finalmente, el contexto político global será un factor determinante para avanzar en la sostenibilidad en 2025. Si se tiene en cuenta que el año pasado, bajo estos términos el año fue impredecible y lleno de acción, gracias a las elecciones en países clave como Estados Unidos, la evolución de la Unión Europea y los conflictos geopolíticos, que exige a las empresas a seguir estos cambios para garantizar la sostenibilidad y las políticas comerciales.
Frente a Estados Unidos, el segundo mandato de Donald Trump podría significar un retroceso importante en las políticas ambientales, con la posible eliminación de regulaciones medioambientales y menor apoyo a energías renovables. En el caso de Europa, la presión de sectores para poder reducir la carga regulatoria podría debilitar la agenda climática, mientras que en América Latina, las constantes crisis económicas contribuyen a que no se implementen políticas sostenibles correctas.
Por lo anterior, las empresas deberán adaptarse a este entorno cambiante, para poder desarrollar estrategias de mitigación de riesgos y diversificar sus operaciones para reducir su exposición a incertidumbres políticas.
De este modo, el 2025 será un año decisivo para la sostenibilidad. Empresas y gobiernos deberán adaptarse al entorno cambiante, donde se le dé lugar a la innovación, la regulación y la acción climática, para asegurar un futuro equilibrado a nivel ambiental. El integrar nuevas tecnologías, fortalecer los derechos humanos y colaborar entre sectores será clave para enfrentar aquellos desafíos que puedan ocurrir.
La Ley 2232 de 2022 en Colombia establece una serie de regulaciones para reducir el uso de plásticos de un solo uso en el país