En Colombia, particularmente desde los años 80, se ha identificado un creciente interés de las IES sobre la investigación y análisis de temas como violencia, conflictos y paz por la misma agudización del conflicto armado interno. Ahora que el país está atravesando un momento histórico de transformaciones sociales, políticas y culturales con los diálogos de paz en La Habana, algunas instituciones educativas vienen formando estrategias para asumir su rol como educadores, entendiendo que las nuevas generaciones son las llamadas a aplicar el criterio de paz en su desarrollo personal y profesional y es deber de las universidades apoyarlos en este proceso.
La Universidad de los Andes, por ejemplo, se ha mantenido activa en los debates y el análisis de los retos que un proceso de esas características implica. Tanto así que durante los últimos años ha consolidado un grupo de más de 100 docentes activos en temas de paz. Esa capacidad académica (docente e investigativa), resultó además, en el esfuerzo de una articulación institucional reciente: la creación de la Maestría en Construcción de Paz, que busca crear un espacio que promueva el diálogo entre personas de distintos sectores y disciplinas.
Pero no basta solo con el diseño de programas educativos orientados a la construcción de paz, es importante que las universidades colombianas inserten esta temática en todo su actuar académico e investigativo. Basados en lo anterior, en los Andes nos propusimos trabajar arduamente para promover centros de investigación e iniciativas activas en los temas de paz y democracia. Entre ellos se encuentran: la iniciativa de la Encuesta Longitudinal Colombiana, el Centro de Estudios sobre Periodismo, el Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico, el Centro de Estudios Socioculturales e Internacionales, el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo, el Observatorio de la Democracia, entre otros.
Este conjunto de entidades se complementan con alianzas que se han desarrollado y que se están construyendo entre la Universidad y otras entidades como la Secretaría Distrital de Planeación, Colciencias, Banco Mundial, Naciones Unidas, Banco de la República, DNP, Dane, Fundación Éxito, Corona, entre otras. Un ejemplo de que mediante la unión de voluntades, se pueden lograr grandes resultados en materia de educación y paz. Y que para lograr el objetivo, es necesario establecer formas de trabajo conjunto, que en sí son un ejemplo de inclusión social.
La Universidad de los Andes no es la única que se ha puesto en la tarea de asumir su rol educativo dentro del proceso de paz. Diferentes universidades de diferentes regiones del país han creado programas académicos orientados a crear una cultura académica de construcción de paz. Entre ellas están la Universidad del Norte (Maestría en Negociación y Manejo de Conflictos), la Universidad Javeriana de Bogotá (Especialización en Resolución de Conflictos) y la de Cali (Especialización en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario); la Universidad de Cartagena (Maestría en Conflicto Social y Construcción de Paz), la Universidad de Medellín (Maestría en Conflicto y Paz); Universidad Nacional de Colombia (Especialización en Acción sin Daño y Construcción de Paz), Universidad de Pamplona (Maestría en Paz, Desarrollo y Resolución de Conflictos), Universidad Minuto de Dios (Maestría en Paz, Desarrollo y Ciudadanía), entre otras.
Es importante resaltar otras líneas de acción como la de la Universidad Pedagógica que tiene una estrategia de reconciliación enfocada en la resolución de conflictos desde adentro de la Universidad para evitar la generación de controversias hacia afuera. No es la primera vez que esta Universidad responde al contexto del país: bajo la tutela de la Pedagógica se implementó en los 90 un programa para formación de desmovilizados.
Esto nos permite entender que la Academia también está definiendo su compromiso con el desarrollo y la paz por medio del análisis sobre los retos, la formación de profesionales con y la participación en los procesos.
Óscar Pardo
Director del Cider
