Katherine Benítez Piñeros
El informe evaluó a 98 empresas de capital abierto de los sectores agrícola, textil y extractivo en el mundo en la aplicación de los principios rectores de empresas y derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Allí se encontró que solo tres empresas (BHP Billiton, Marks&Spencer Group y Rio Tinto) obtuvieron una calificación entre 60% y 69%, mientras que cerca de 50 empresas alcanzaron solo 20% de la puntuación.
De acuerdo con el presidente de Aviva Investors, Steve Waygood, estas cifras demuestran la fase relativamente temprana en la que están muchas compañías a la hora de aplicar los principios rectores que tienen seis años de haber sido aprobados. “Hay muchos desafíos por delante si se tiene en cuenta que la puntuación promedio fue de 28,7%”, destacó en el informe.
Nestlé, Adidas y Unilever continúan en el ranking con una puntuación entre 50% y 59%, mientras que entre 40% y 49% hay 12 empresas dentro de las que se destacan Kellogg, GAP, Chevron Corporation, The Coca-Cola Company y Nike.
Pero ¿cuáles son los aspectos que tiene en cuenta el informe? De acuerdo con los principios rectores de la ONU, la responsabilidad de respetar los derechos humanos exige que las empresas eviten que sus propias actividades provoquen o contribuyan a provocar consecuencias negativas sobre los derechos humanos y hagan frente a esas consecuencias cuando se produzcan.
Para lograrlo, las empresas deben tener el compromiso político de asumir su responsabilidad de respetar los derechos humanos; un proceso de diligencia debida para identificar, prevenir, mitigar y rendir cuentas de cómo abordan su impacto sobre esta temática, y unos procesos que permitan reparar todas las consecuencias negativas.
Precisamente, el Benchmark corporativo lo traduce en seis aspectos. En primer lugar, las políticas y la gobernanza; segundo, el respeto a los derechos humanos y el proceso de diligencia debida; tercero, los recursos y las quejas; cuarto, las prácticas de la compañía en relación con derechos humanos, quinto, el nivel de respuesta a las acusaciones, y por último, la transparencia en relación con que si las empresas revelan información importante.
Por ejemplo, para el caso de las empresas relacionadas con productos agrícolas, el aspecto con la mayor puntuación fue el de transparencia, seguido del de política, mientras que el de menor puntuación fue en las prácticas de derechos humanos dentro de la compañía.
En el caso de las textiles, tuvieron también los mismos aspectos con la mayor puntuación, pero el más bajo en relación con los mecanismos de quejas. Por su parte, las empresas del sector extractivo, tuvieron la menor calificación en lo relacionado con la incorporación del respeto y la debida diligencia en materia de derechos humanos.
Para Álvaro Urquijo, director de Qualitas T&T, no es gratuito que se hayan tenido en cuenta estos tres sectores, puesto que los dos primeros tienen trabajos informales y el tercero tiene un mayor impacto en la comunidad. Para el caso de Colombia, Urquijo afirmó que el tema de los derechos humanos es “un gran reto” teniendo en cuenta en que “se abordó en términos de conflicto y no en aspectos como la seguridad en el desarrollo de las labores”.
Sin embargo, Urquijo señaló que es importante incorporarlos dentro de la organización, porque mejorará no solo su reputación sino que tendrá impacto tanto para sus colaboradores como sus clientes.
Las compañías con bajas calificaciones
De acuerdo con el Benchmark corporativo en derechos humanos (Chrb), con una calificación entre 0% y 9% estuvieron Coal India, China Petroleum & Chemical, Ross Stores, Kohl’s, Oil & Natural Gas Corportaion, Yum! Brands, Grupo México, Macy’s y Costco Wholesale. Entre tanto, con un porcentaje entre 10% y 19% están Petrobras, Under Armour, Fast Retailing, Wal-Mart Stores y McDonald’s. Las empresas fueron escogidas en función de su capitalización bursátil e ingresos, al igual que por su distribución geográfica.
La opinión
Álvaro Urquijo
Director de Qualitas T&T
“Es necesaria la autoevaluación, es decir, ver qué plantean los principios rectores y compararlo con lo que se tiene en la organización. Así se homologan prácticas”.
