Con el objetivo de intervenir en las zonas afectadas por la violencia para promover la sostenibilidad ambiental y mejorar los ingresos de las comunidades, el Fondo Colombia Sostenible financiará proyectos productivos y negocios verdes no agropecuarios, debidamente estructurados, en los 41 municipios donde avanzan los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial de Caquetá, Nariño y Putumayo.
Estos proyectos también buscan disminuir los índices de deforestación, que de acuerdo con el boletín de Alertas Tempranas del Ideam tienen niveles altos en Caquetá, que concentró los dos principales núcleos de deforestación con 1.421 detecciones. El trabajo también incluye municipios del Putumayo, que tuvo 179 detecciones, que equivalen al 7,93% del total.
En estos dos departamentos se concentra 53,82% de las alertas, siendo Cartagena del Chairaì, San Vicente del Caguán, Solano en Caquetá, y Puerto Guzmán en Putumayo, los municipios con los porcentajes más altos de deforestación, entre otros por causas asociadas a un proceso de colonización acelerado, presencia de grupos armados, expansión de la ganadería, conversión de bosques a pastos y cultivos de uso ilícito.
En estas zonas se registran tasas de productividad agrícola muy por debajo de la media nacional. Según el Dane, solo 57,3% de las Unidades de Producción Agropecuaria (UPA) tiene un uso adecuado del suelo, 8,4% lo subutiliza y 22,5% lo sobre utiliza.
Esas estadísticas también revelaron que 43,3% de las UPA no tienen acceso a una oferta hídrica adecuada por la falta de asistencia técnica y la falta de acceso a crédito.
No obstante, análisis hechos por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria sobre los potenciales productivos en Caquetá, Nariño y Putumayo muestran importantes posibilidades para productos con mercados promisorios, los cuales son compatibles con la preservación de la biodiversidad.
Por estas razones, el Fondo Colombia Sostenible financiado por Noruega, Suecia y Suiza, con el apoyo del BID, busca reducir problemas de asistencia técnica, restricciones de liquidez, falta de un aliado comercial y acceso a tecnologías a través de la financiación de proyectos productivos sostenibles que involucren como mínimo a 65 familias beneficiarias.
“Somos el cuarto mayor cooperante en el país y nos complace que nuestras donaciones estén aportando no solo a la implementación del Acuerdo de Paz, sino a la protección de la biodiversidad y a parar la deforestación en las zonas que más lo necesitan”, dijo el embajador de Noruega, John Petter Opdahl.
