La Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS) ha dado a conocer un análisis de lo que ha sido la deforestación en el bioma amazónico colombiano en lo que va de 2020.
Si bien se presentó una importante disminución de la deforestación registrada en 2019 (por sistemas de monitoreo como Maap, que reportó alrededor de 55.000 hectáreas), los resultados preliminares mostraron que este año se ha dado un cambio abrupto, superando las 75.000 hectáreas a corte de 15 de abril.
Asimismo, la entidad resaltó que existió un periodo “retrasado” de lluvias que cayeron entre diciembre y las primeras semanas de enero, que aplazaron momentáneamente la quema de bosques el año pasado.
Por su parte, los principales focos de alta deforestación en algunas zonas tienen que ver con condiciones de gobernabilidad baja, con presencia de actores armados y dificultades y/o amenazas para la presencia de programas o instituciones ambientales.
En cuanto a los principales afectados se encuentran los resguardos indígenas ubicados en el noroeste amazónico, como Yaguara II y Nukak Makú, debido a los procesos crecientes de invasión.
Por último, el estudio mostró su preocupación por este panorama, pues "los 280 kilómetros de vías que estaban bajo el bosque han empezado a ser despejadas a cielo abierto en los primeros cien días del año y registran un proceso de apertura de lotes y fincas de diferentes tamaños".