En el momento en que dejamos de usar las pilas o baterías, estas dejan de ser útiles, y pasan a ser peligrosas. En promedio pueden contaminar entre 1.000 y 3.000 litros de agua, y una pila de botón puede llegar a contaminar unos 600.000 litros de agua.
Las pilas están compuestas por plomo, cadmio, mercurio, níquel, litio y ácido sulfúrico. Sustancias que además de ser peligrosas para el medio ambiente lo son para los seres humanos. En promedio el material exterior de la pila puede durar hasta 100 años en descomponerse. Pero la totalidad de ella estará degradada entre los 500 y 1.000 años, proceso que comenzará hasta pasados los 50 años.
Una de las grandes aristas del tema, es que no pueden ser desechadas en una basura común y corriente, junto a los demás residuos, ya que irían a parar en los rellenos sanitarios y al aire libre. De esta manera, al estar expuesta al sol y a los cambios de clima, su descomposición sería más rápida y de un grado tóxico mayor para el medio ambiente.
Según el Ministerio de Ambiente, para 2010, el residuo anual de pilas alcanzaba las 11.000 toneladas, distribuidas de manera que 8.000 toneladas correspondían a zinc-carbono, 2.000 toneladas a alcalinas y 1.000 toneladas a pilas secundarias y de botón.
Actualmente Bogotá, según la Secretaria de Ambiente, cuenta con 800 puntos de recolección de pilas. Donde se pueden desechar con una gestión y tratamiento específica.
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