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Enseñan a reclusos a preparar rollos de sushi para cuando salgan
En el Pizza Master, 20 desplazados por el conflicto armado aprendieron a preparar pizza y a ver en ella una opción de trabajo pasa salir adelante. Además, 80 familias de escasos recursos que tienen sus hijos en el Centro Médico San Vicente de Paul pudieron compartir un almuerzo con más de 15 pizzeros. Así, los Masters no son solo la oportunidad de probar los mejores platos de la ciudad a precios bajos, sino también es el momento para darle alegría a personas de escasos recursos y a dejar una huella en ellos y en los restaurantes participantes.
Tulio Zuloaga, Foodie y organizador de los Masters, cree que “el secreto del éxito es ser bondadoso y compartir con los que no tienen”, por ello antes del inicio de cada festival realiza una jornada con algunos de los restaurantes participantes donde comparten su producto y llenan de alegría el día de alguien.
En el Burger Master, participaron aproximadamente 15 restaurantes, donando 80 hamburguesas en combo que se entregaron a las personas de la calle en Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y Barranquilla.
Zuloaga resaltó que en estos eventos “no solo se impacta a la gente que recibe la ayuda, sino también a los que donan la comida, pues ven lo fácil que es ayudar a otros y después son ellos los que tienen la iniciativa de buscar fundaciones o personas a las que les puedan aportar algo”.
En otra jornada del mismo evento, otros 15 restaurantes decidieron llevarle a los campesinos de la región de Antioquia, las hamburguesas que preparan con los ingredientes que ellos cultivan en el campo, para que se dieran cuenta en qué se convertían sus productos y pudieran disfrutarlos.
Esta fue una jornada “muy linda”, según Zuloaga, porque la mayoría de los campesinos no habían probado nunca una hamburguesa, ni eran conscientes del alcance que tienen sus productos.
En el Sushi Master, Zuloaga llevó seis maestros susheros a la cárcel La Pola en Medellín para que le enseñaran 36 reclusos cómo hacer un rollo de sushi.
El impacto de esta experiencia fue muy grande, pues muchos de los jóvenes veían en esta labor la posibilidad de cambiar su camino cuando salieran de allí. “Varios les pidieron el teléfono a los maestros porque aseguraban que cuando salieran iban a convertirse en maestros del sushi”, agregó Zuloaga. “Estas jornadas son un espacio para compartir con la gente que no tiene recursos, además es una bendición que siempre regresa”, dijo Enrico Baffoni, master pizza chef fundador de la Escuela Baffoni y fundador de Ciao Bella.
Para el Master Pizza, que se realiza esta semana, cinco restaurantes les llevaron pizza a 80 familias de bajos recursos que tenían a sus hijos en la Clínica San Vicente de Paul, “pues muchas veces ellos no tienen qué comer y esperan a que sus hijos coman lo que les dan en el hospital para ver si sobra algo que ellos pueden comer”.
“No se necesita tener mucho para ayudar. Con pocos recursos se puede llenar de felicidad el día de una persona que lo necesite”.
Junto a la Alta Consejería para las Víctimas y cinco restaurantes, le enseñaron a 20 desplazados por el conflicto armado a hacer pizza, ampliándoles su mundo de posibilidades y así pensaran en este producto como una posible forma de trabajar y salir adelante.
El propósito de estos eventos es que los jóvenes entiendan que “no se necesita tener mucho para ayudar. Con pocos recursos se puede llenar de felicidad el día de una persona que lo necesite”, aseguró Zuloaga. Asimismo, contó que desde muy joven quiso saber cómo hacer labor social, pero creía que sin mucho dinero no podría ayudar a nadie, pero un día alguien le enseñó cómo “llevarle pan y aguadepanela a los habitantes de calle de lo que se conocía como el Bronx” y desde allí entendió que con pequeños actos se va cambiando el mundo. “Si no tiene dinero puede aportar su conocimiento o su tiempo”, añadió Zuloaga y explicó que esa es la base del proyecto, “enseñar a los restaurantes que con lo que ellos producen pueden apoyar a muchas personas”.
Baffoni agregó que en su escuela le brinda capacitaciones gratuitas a madres y jóvenes de poblaciones vulnerables, y que su gusto por ayudar se ha aumentado al participar en las jornadas de labor social del PizzaMaster, lo que demuestra que han logrado un gran impacto y una conciencia de ayuda hacia quienes lo necesitan.
Todavía puede disfrutar del Pizza Master
El festival de comida que va hasta el 28 de octubre le brinda una variedad de 164 pizzas artesanales que puede probar en las principales ciudades del país. Usted encontrará 29 en Barranquilla, 50 en Bogotá, 26 en Bucaramanga, 18 en Cali y 41 en Medellín. Con el propósito de que pueda probar varias y compartirlas con sus amigos y familia, cada pizza personal, que se divide en aproximadamente cuatro pequeñas porciones, cuesta $13.000, además tendrá la opción de comprar gaseosa por $3.000. Los té y las cervezas tendrán un precio de $5.000.
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