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Crece la tendencia del compostaje
Ante la acumulación de residuos en rellenos sanitarios y su impacto en el ambiente, en Colombia ha crecido el interés por reciclar y disminuir la contaminación e interiorizar los principios de la economía circular. Una manera de contrarrestar la problemática de las basuras es convertir los residuos orgánicos en compostaje. De hecho, la Superintendencia de Servicios Públicos y Domiciliarios (Superservicios) estima que entre 60% y 70% de los residuos sólidos del país se pueden aprovechar de esta manera. Además, esta práctica es útil para los hogares, pues se estima que 40% de la basura diaria que genera es materia orgánica.
Jessica Rivas, quien en compañía de Gabriel Torres lidera la Organización Sugamuxi Tú y Yo y el programa Más compost, menos basura, explicó que este proceso consiste en transformar de manera controlada los residuos orgánicos en abono, devolviendo a la tierra en forma de nutrientes todo lo que tiene origen en seres vivos.
“En la compostera se puede incluir cualquier cáscara, semilla o raíz de una fruta o verdura. También existe un segundo concepto que señala que se puede agregar todo aquello que tenga un origen animal o vegetal, como las bolsitas de té o el papel”, señaló.
Si bien los residuos de animales se pueden convertir en abono, para el caso de composteras en apartamentos y oficinas, se recomienda que estas sean exclusivamente vegetales, ya que los desechos de origen animal pueden atraer plagas. Por la misma razón, hay que ser moderado con las cantidades de los restos de cítricos y de comida cocida que se introducen en la compostera.
De acuerdo con Camila Posada, de Vivaracha Compost, para hacer compostaje se necesita un recipiente al que le entre oxígeno, que puede ser de barro (que es un material poroso) o de plástico (al que se le harían huecos). También se necesita una pala para revolver la mezcla con el aserrín, que puede ser reemplazado por otro material seco, como papel o cartón, que absorba la humedad que generan los residuos orgánicos al descomponerse.
“El compostaje requiere de dos elementos primordiales: humedad y oxígeno. El primero proviene de los residuos frescos, aunque se le puede echar agua si la humedad no es suficiente; y para que el segundo esté presente en toda la mezcla, esta se debe revolver dos veces a la semana”, explicó.
Vale la pena mencionar que la compostera se debe ubicar en un lugar con buena ventilación, en el que tenga sombra la mayor parte del tiempo y en el que no le caiga lluvia directamente.
En el hogar o en el sitio de trabajo se puede compostar de dos maneras: una, es con compostaje seco, que es el que se ha descrito previamente; y otra, es con vermicompostaje, que se realiza con lombrices de California.
“Una de las diferencias es que en el seco se pueden compostar casi todos los residuos orgánicos que se produzcan, mientras que con las lombrices no se le pueden poner servilletas, la humedad tiene que estar cercana a 60% y la temperatura no puede pasar los 30°C”, resaltó Rivas.
“En Colombia hay mucho potencial para hacer compostaje, no solo por el consumo de frutas y verduras, sino por el creciente interés”.
“Cada proceso de compostaje es diferente porque se incluyen residuos distintos. Las personas deben interactuar activamente”.
También hay una gran diferencia entre el abono del método seco y el de las lombrices, que para este caso se conoce como humus. En el primero, si bien después de 35 días aún no está en su óptimo estado de maduración, se puede utilizar mezclado con tierra para nutrir plantas. El humus, por otra parte, es el mejor abono natural que existe, tiene muchos nutrientes, su calidad es el doble de la del compost del seco y tarda de tres a cuatro meses para usarse.
Además de ofrecer asesorías para hacer compost, la Organización Sugamuxi Tú y Yo inició este mes un servicio a domicilio en el que, por una suscripción mensual, recogen semanalmente los residuos orgánicos en un balde de 10 o 20 litros. Cada tres meses, la organización devuelve abono listo para usar.
Por medio de estas opciones se busca reducir la basura sólida, que en 2016 llegó a 11,3 millones de toneladas.
Fluff, un producto hecho de residuos
Con los residuos orgánicos no solo se puede hacer compostaje, sino que también se puede producir Fluff, un producto que puede usarse como un ingrediente para abono o como un biocombustible homogéneo, inoloro, estéril e inocuo que puede usarse para la generación de energía. “Realizamos una separación de la materia orgánica de la no orgánica y la deshidratamos, evitando la producción de lixiviados y la sometemos a un proceso de presión y temperatura en un autoclave de flujo continuo obteniendo el producto Fluff”, señaló José Manuel Hormaza, gerente de Vitalogic RSU.
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