La alarmante polución que obligó a China a suspender clases e incluso las actividades laborales por sus altos índices de contaminación, hoy se ve agravada por un nuevo factor: la reducción de la esperanza de vida en ese país debido al cáncer de pulmón.
Las muertes por esa causa han aumentado 56% en la ciudad de Pekín entre 2001 y 2010.
Esta situación ha provocado una alerta global en muchas ciudades del mundo y en sus gobiernos que buscan incansablemente cómo disminuir la huella de carbono. Colombia, no es ajena a estas iniciativas. Una muestra es la unidad móvil que se instaló en la carrera séptima de Bogotá, además de los estudios desarrollados en Santa Marta, Cali y Bucaramanga.
Retomando el caso asiático, las emisiones de los tubos de escape en ese país originan 22% de dichas partículas, seguidas del 17% que provoca el carbón y el 16% del polvo que levantan las obras.
Pero en nuestras ciudades colombianas, un “simple” edificio puede estar poniendo en jaque las metas de ahorro en cada ciudad. Estas estructuras consumen la quinta parte de la energía de una metrópolis, por lo que el control que se aplique sobre ellos puede resultar clave para generar ahorros y reducir las emisiones de CO2 en el largo plazo.
La transformación de las temporadas producto del calentamiento global y el aumento de temperaturas o lluvias causan que muchas construcciones eleven su consumo por conceptos de ventilación y aire acondicionado. Justamente el sector de la construcción en nuestro país ha crecido sustancialmente en el último año (el último trimestre de 2013 mantuvo una tasa de crecimiento de 21.3%), lo que sin duda alguna multiplica la demanda de energía.
Un edificio de oficinas emite en promedio entre 10 y 15 kilos de CO2 cada tres minutos, esto da un total de 7,2 toneladas diarias. Además, hay que tener en cuenta que 70% de la energía consumida por una edificación corresponde a iluminación y soluciones de aire acondicionado y ventilación.
Un desafío que deben enfrentar las construcciones es mantener el máximo rendimiento durante largos períodos de tiempo. Los edificios y materiales aislantes envejecen, los usos de las oficinas cambian y los usuarios tienden a reducir el rendimiento con hábitos rutinarios, por ejemplo, cambiando el ajuste del aire acondicionado u olvidándose de apagar las luces o las computadoras.
Sin embargo, existen soluciones que son capaces de ayudar a reducir de forma importante el gasto, disminuyendo con ello las emisiones de CO2. En ese sentido, con los beneficios que proporciona la automatización hoy es posible disminuir el consumo de energía hasta en 30%, otorgando un uso inteligente a los recursos, desactivándolos cuando no sean necesarios.
La instalación de un equipo de supervisión y software de análisis puede proporcionar información valiosa sobre las operaciones y el consumo de energía, mientras que la configuración y análisis de los indicadores de energía es una forma eficaz de identificar los picos de consumo y las pérdidas.
Cuatro consejos para la eficiencia energética
Entre los consejos para llegar a la Eficiencia Energética están evaluar su esquema energético y establecer objetivos de sostenibilidad que quiere alcanzar, invirtiendo en soluciones tecnológicas, identificar oportunidades de la empresa para reducir el consumo, crear un plan de implementación en el cual maximice su inversión y realizar un monitoreo constante sobre los objetivos por alcanzar.
