Inclusión es sinónimo de oportunidad cuando hay espacios para que el talento diverso aporte al ecosistema laboral de las empresas colombianas, más aún cuando existen criterios equitativos para la contratación y cuando el sector público y privado fomentan la confianza, la autonomía y el empoderamiento de las personas con discapacidad.
Inclusión es sinónimo de oportunidad cuando se hace indiferente la diferencia y cuando todos creemos que los límites no existen. Un modelo inclusivo de educación y formación debe crecer a partir de la diversidad y las habilidades que enriquezcan la fuerza laboral de un país como Colombia, todos los perfiles del personal y las destrezas que construyen equipos de alto desempeño, diversos e incluyentes, donde la diferencia no es barrera.
Best Buddies Colombia trabaja desde 2003 por la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual, a través de alianzas de valor agregado que se traducen hoy en día en la oportunidad, para 616 Amigos del Alma (PcDI), aportando al clima laboral de las empresas donde trabajan y entregando sus capacidades y su sonrisa, al cumplimiento de las tareas con sus equipos.
Todo comienza con una oportunidad, con este mensaje hemos construido una red de aliados que ya cuenta con más de 70 empresas y 90 instituciones en 37 ciudades y municipios del país. Con apoyo de aliados como el Sena, por ejemplo, se han graduado 22 promociones de Amigos del Alma aprendices en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, de los cuales 50% cuenta con acceso al empleo formal actualmente.
Hacer indiferente la diferencia construye tejido social y relaciones de confianza necesarias para generar el cambio que queremos ver en el país. La inclusión es una invitación permanente al desarrollo, a explorar nuevos caminos que sin perder el norte del negocio, encuentran nuevas oportunidades de progreso en las habilidades de personas responsables, que sueñan en grande y que tiene derecho a un lugar para crecer.
El estudio “Factores para la inclusión laboral de las Personas con Discapacidad”, realizado por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), encontró que la inclusión laboral de personas con discapacidad aumenta la valoración social de la diversidad y cambia positivamente el modo colectivo de convivir. Las empresas inclusivas aumentan su capital simbólico y reputacional, además de la productividad, cuentan con un trabajador comprometido y un apoyo al trabajo en equipo, mejorando las relaciones al interior de la compañía.
La ausencia de una política de inclusión es una de las barreas identificadas por la OIT para incluir a la población con discapacidad intelectual a la vida laboral. Esta situación se ve influenciada por los miedos y mitos en torno a la discapacidad que erosiona la base emocional de las compañías y que en algunos casos es tanto o más determinante que la propia experiencia. Pensar en que “no pueden” es quizá la discapacidad de las empresas para no dar paso a las oportunidades que ofrece la diversidad.
