RESPONSABILIDAD SOCIAL

Iniciativas de pesca responsable que hay en el país y sus desafíos económicos

martes, 1 de abril de 2025

La pesca responsable en Colombia enfrenta retos de informalidad, financiamiento y control, mientras que subsidios, certificaciones y reservas buscan su sostenibilidad

La pesca responsable en Colombia enfrenta múltiples desafíos en su implementación debido a factores económicos, regulatorios y ambientales. La actividad pesquera, especialmente la artesanal, juega un papel fundamental en la seguridad alimentaria y en el sustento de muchas comunidades costeras. Sin embargo, su sostenibilidad depende de la capacidad del país para equilibrar la conservación de los ecosistemas marinos con el desarrollo económico del sector. En los últimos años, se han promovido diversas estrategias para fortalecer la regulación, modernizar las prácticas pesqueras y garantizar la preservación de los recursos marinos.

Uno de los principales retos es la informalidad en la pesca artesanal, lo que dificulta la adopción de normativas y el acceso a incentivos estatales. “La pesca artesanal tiene mucha informalidad y baja tecnificación y eso dificulta la adopción de normativas y el acceso a subsidios estatales”, afirmó Andrés Valencia, exministro de Agricultura. Además, la falta de recursos financieros limita la capacidad de los pescadores para invertir en tecnologías sostenibles y dificulta que puedan ser sujetos de crédito. Ante esta situación, el Estado ha impulsado subsidios y asistencia técnica para modernizar embarcaciones y promover el uso de artes de pesca selectivas. “Para fomentar la sostenibilidad sin afectar el sustento de los pescadores artesanales, se han implementado incentivos como subsidios y asistencia técnica para modernizar embarcaciones y adoptar artes de pesca selectivas”, agregó Valencia.

El control y vigilancia de las actividades pesqueras es otro desafío, pues la dispersión geográfica de las comunidades y la limitada capacidad operativa de las autoridades, especialmente la Aunap y la Armada Nacional, han dificultado el cumplimiento de las normativas. “El control de los pescadores que no cumplen las normas es insuficiente debido a la dispersión geográfica de las comunidades pesqueras y la limitada capacidad operativa de las autoridades”, señaló Valencia. Además, la Aunap ha enfrentado problemas internos que han afectado su gestión en el sector.

La relación entre la pesca artesanal e industrial también ha generado tensiones. La sobreexplotación de especies y la competencia con la pesca industrial han complicado la gestión sostenible de los recursos marinos. “La sobreexplotación de especies y la competencia con la pesca industrial generan conflictos en el uso del recurso pesquero, complicando la gestión sostenible y la conservación de los ecosistemas marinos”, explicó el exministro. Para mitigar estos efectos, se han implementado regulaciones más estrictas, como restricciones a la pesca de arrastre y la imposición de cuotas de captura. Sin embargo, persisten conflictos en algunas zonas debido a la competencia por especies altamente demandadas, como el pargo, el atún o el caracol pala.

En un intento por hacer más rentable la pesca sostenible, se han impulsado iniciativas de certificación que permiten a los pescadores acceder a mercados diferenciados con mejores precios, incentivando el cumplimiento de normativas ambientales. “La certificación de pesca sostenible permite a los pescadores acceder a mercados diferenciados con mejores precios, incentivando prácticas responsables”, destacó Valencia. Paralelamente, el desarrollo de la acuicultura comunitaria y la diversificación económica han sido estrategias clave para reducir la presión sobre los ecosistemas marinos y mejorar la calidad de vida de los pescadores.

El establecimiento de áreas de reserva y esquemas de co-manejo ha sido otra medida adoptada para garantizar la regeneración de especies y la sostenibilidad a largo plazo. “Se han establecido áreas de reserva y esquemas de co-manejo, donde algunas comunidades aplican vedas voluntarias y crean reservas marinas para garantizar la regeneración de especies y la sostenibilidad a largo plazo”, señaló Valencia. Sin embargo, la consolidación de un modelo de pesca responsable en Colombia aún enfrenta desafíos estructurales, como el acceso a tecnología, el fortalecimiento institucional y la formalización de los pescadores. “Es necesario adelantar programas de formalización para que los pescadores artesanales accedan a seguridad social, financiamiento y capacitación”, concluyó el exministro.

Si bien las iniciativas de pesca sostenible han permitido avances en la regulación y conservación de los recursos marinos, su efectividad depende de la articulación entre el sector pesquero, el Estado y las comunidades. La modernización del sector y el fortalecimiento de la supervisión serán determinantes para garantizar la sostenibilidad de la pesca a largo plazo y su contribución a la economía del país.