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La presidente de la Cruz Roja, Judith Carvajal de Álvarez, explicó que han movilizado asistencia a regiones como Chocó y Norte de Santander
En medio de la segunda temporada de lluvias que ha causado estragos en gran parte del país, la Cruz Roja Colombiana ha intensificado su labor humanitaria. Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastre, Ungrd, 27 departamentos y 192 municipios han sufrido afectaciones que van desde daños a la infraestructura hasta desplazamientos de comunidades. La presidente de la Cruz Roja Colombiana, Judith Carvajal de Álvarez, explicó cómo la institución enfrenta esta emergencia invernal.
Según el último informe de la Ungrd, las lluvias han afectado a 27 de los 32 departamentos del país, impactando a 192 municipios. Las principales afectaciones incluyen desbordamientos de ríos y quebradas, daños en viviendas, acueductos, puentes, vías, centros de salud, cultivos e instituciones educativas. Esto se debe a la saturación de los suelos, terrenos inestables y cuerpos de agua cargados. Aunque hemos evitado pérdidas humanas masivas, las consecuencias para las comunidades son graves y requieren atención inmediata.
Activamos nuestro plan de respuesta y hemos movilizado asistencia humanitaria a regiones críticas como Chocó y Norte de Santander. En Chocó distribuimos 300 kits alimentarios, 300 kits de higiene familiar, 50 hamacas y 50 toldillos. En Norte de Santander entregamos 200 kits alimentarios, 200 kits de higiene, 200 kits de cocina y 200 kits de noche. Estas acciones han beneficiado a 650 familias hasta ahora.
Además, contamos con un stock pre-posicionado en seccionales como Bolívar, Magdalena, Putumayo, Santander y Sucre para responder rápidamente a nuevas emergencias. La coordinación con las autoridades locales y nacionales ha sido clave para optimizar nuestros recursos.
Nuestra priorización se realiza en los Puestos de Mando Unificado, PMU, y las Salas de Crisis, tanto a nivel local como nacional. Este trabajo conjunto con los entes territoriales garantiza que la ayuda llegue a quienes realmente la necesitan y evita duplicar esfuerzos. Además, nuestros directores de gestión del riesgo analizan los reportes de situación para identificar las necesidades más urgentes y determinar qué recursos movilizar.
A nivel de viviendas, es crucial mantener en buen estado los canales y ductos de agua, asegurar los techos y reparar filtraciones. En las comunidades, recomendamos limpiar zanjas, canales y alcantarillas, además de evitar arrojar desechos que obstruyan el flujo de agua.
En zonas de alto riesgo es clave realizar monitoreo a fin de poder realizar acciones seguras de evacuación por rutas establecidas, definir la ubicación de los puntos de encuentro y zonas definidas como seguras para alojamiento temporales. Esto para que, en caso de una emergencia, se esté preparado.
A través de una estrategia de Plan de Acción, continuaremos gestionando recursos para fortalecer nuestras líneas de acción en agua, saneamiento e higiene, seguridad alimentaria y hábitat. Planeamos distribuir filtros para mejorar la calidad del agua, bidones, kits de higiene y mercados familiares. También implementaremos kits de noche y de cocina en las áreas más afectadas.
En ciertas zonas, activaremos programas de Transferencia Monetaria para apoyar la recuperación económica de las comunidades. Nuestro enfoque seguirá siendo garantizar asistencia rápida y efectiva mientras trabajamos con el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo.