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Cambiar de plástico por un material como el papel biodegradable significaría duplicar o hasta triplicar el costo total de hacer un pitillo
Desde el domingo 7 de junio inició a regir la ley 2232 de plásticos de un solo uso, la cual establece la reducción gradual de plásticos de este tipo. Como toda modificación regulatoria causa fricciones a los sectores que cobija y esta no es la excepción.
Uno de los retos para las empresas que deben acogerse a la norma es asumir el aumento en el costo de fabricación que requiere reemplazar el plástico por materiales más sostenibles.
El gerente de negocios de Atica, Mauricio Abondano, empresa que asesora en gestión de residuos plásticos y alternativas sostenibles,explicó que, por ejemplo, la fabricación de un pitillo plástico cuesta cerca de $1, de acuerdo con los datos de mercado y análisis de costos de producción de productos plásticos en Colombia,mientras que producir un pitillo de papel biodegradable podría costar entre $2 a $3 por unidad; lo que implicaría duplicar o hasta triplicar el costo total.
Pero también hay otros materiales más costosos como la resina plástica reciclada que para fabricar un pitillo puede costar aproximadamente entre $4 y $5 por unidad, según estimaciones de costos de producción de materiales sostenibles y comparaciones de precios en mercados locales.
Adicional a ello hay otros costos asociados como la maquinaria necesaria para la producción de pitillos de materiales alternativos. De igual forma, el costo final también dependerá de la escala de producción, los costos de mano de obra, entre otros.
"Aunque el costo de producción pueda ser más alto para los materiales sostenibles, el beneficio ambiental y las regulaciones sobre el uso de plásticos pueden influir en la preferencia y los costos a largo plazo".
Pero Abondano también destaca que a medida que la producción de materiales alternativos aumente, es posible que los costos de producción disminuyan, volviéndolos más competitivos con el plástico.
"Una vez las empresas que actualmente fabrican plásticos hagan su reconversión tecnológica, podremos brindar el insumo orgánico necesario para volver el producto plástico biodegradable. En Atica tenemos la ventaja de que gestionamos residuos compostables a partir de residuos principalmente orgánicos", añadió.
Lo que se proyectó desde la concepción de la ley es que los materiales alternativos sostenibles puedan tener un costo de producción inicial más alto en comparación con el plástico. Pero al utilizarlos, estos podrán ser mejor valorados por consumidores, impactando en la preferencia del mercado a largo plazo, y alcanzar una demanda que sostenga y haga sostenible el costo de fabricación.
Abondano señaló que las Pyme tienen estrategias limitadas para adaptarse al cambio, partiendo del desconocimiento de la aplicación de la norma y de la inexperiencia frente al manejo de las alternativas a las prohibiciones.
"Es importarte que las empresas con recursos limitados para enfrentarse a la vigencia de la ley puedan ser un apoyo entre ellas y contar con aliados estratégicos que le brinden alternativas al alcance de sus bolsillos. Se sugiere alguna agremiación o cluster que les permita tener cercanía con empresas que brindan alternativas a las prohibiciones, entre ellas Atica que cuenta con resina 100% reciclada de origen nacional y puede ser un proveedor estratégico para evitar la prohibición de ciertos productos plásticos de un solo uso".