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La Patrulla Aérea Civil Colombiana (PAC) visita zonas apartadas de Colombia, y convierte un hospital de primer nivel (con servicios básicos) en uno de segundo, en el que se puede contar con atención ambulatoria de mayor complejidad.
A 862 kilómetros de Bogotá y 112 de Montería está Caimito (Sucre), un lugar rodeado de ciénagas, donde solo hay un centro de salud para sus más de 12.000 habitantes. Pero durante el pasado fin de semana, esa infraestructura que presta servicios básicos de salud fue reforzada por equipos, medicamentos y unos 40 profesionales voluntarios, para convertirla en un hospital de segundo nivel.
Esa es precisamente la labor que realiza la Patrulla Aérea Civil Colombiana (PAC) cada mes, cuando visita zonas apartadas de Colombia, y convierte un hospital de primer nivel (con servicios básicos) en uno de segundo, en el que se puede contar con atención ambulatoria de mayor complejidad. Gracias a esto, la PAC puede atender a unas 700 personas por cada brigada (que dura un día y medio) y realizar 1.200 consultas de medicina especializada (si la brigada es médica) y 110 procedimientos quirúrgicos de segundo nivel de complejidad (si la brigada es quirúrgica).
Las consultas especializadas de las brigadas pueden ser por medicina general, dermatología, ecografía, ginecología, odontología, pediatría, nutrición, oftalmología, optometría, otorrinolaringología y estudio de patologías; mientras que los procedimientos quirúrgicos pueden ser por cirugía general, dermatología, ginecología, oftalmología, otorrinolaringología, urología y cirugía plástica.
Para realizar estos procedimientos, “a cada brigada que realizamos viaja un equipo de unas 50 personas sin contar pilotos, y si hablamos de aeronaves, pueden ser de 12 a 15 aviones los que transportan a los voluntarios”, dijo Pamela Estrada, gerente general de la PAC.
“Tenemos aliados transversales como Terpel que dona el combustible para las operaciones de la Patrulla desde hace más de 10 años”.
“La primera patrulla a la que fui fue en La Guajira, que se hizo por las muertes por desnutrición. Atendimos a casi 700 niños en un día y medio”.
“Convertimos las salas de procedimiento de estos centros de salud que tienen servicios básicos en un hospital de segundo nivel”.
Pero la entidad también moviliza equipos para atender a los pacientes, que pesan unas dos toneladas, principalmente con monitores, máquinas de anestesia, insumos médicos y quirúrgicos, químicos para esterilización y los medicamentos para tratamientos posquirúrgicos y para formular. “No tendría sentido venir a un lugar apartado y entregar una fórmula que no estamos seguros que un paciente va a conseguir”, afirmó Estrada, y por eso la PAC monta una farmacia que cubre la necesidad de insumos para las cirugías y el posquirúrgico, y otra en las consultas por donde pasan las personas con su fórmula después de ver a su médico.
La Patrulla también entrega las gafas a los pacientes que atiende: “cada persona viene, escoge el marco de gafas, y según lo que diga la fórmula que manda el optómetra, dentro de la brigada se mandan a hacer las gafas para cada persona en Bogotá; más o menos en un mes se entregan en la zona a la que habíamos ido”, agregó Estrada.
Esta última brigada en Caimito tuvo una novedad, pues “hicimos una alianza con una fundación de Medellín que combate la muerte súbita de bebés y eso se soluciona con higiene del sueño. Nos mandó 50 cunas hechas en cartón con colchonetas especiales y la idea es seguir llevando esto a donde vayamos”.
Una de las personas beneficiadas en Caimito fue Mariluz Ramírez, habitante de la vereda Caño La Lata, quien llevó a su hija a una consulta pediátrica, y señaló que este tipo de actividades ayudan mucho a las personas de la zona, porque permiten acercar los servicios de salud de mayor calidad a lugares que no los tienen.
Esto mismo fue rescatado por Enrique Martín Poveda, director de operaciones de la PAC, quien explicó que cada brigada se debe programar con uno o dos meses de anticipación, debido a la logística por la lejanía de las zonas. Por ejemplo, la próxima brigada será en Mosquera (Nariño), que está entre Tumaco y Buenaventura; “para acceder a un procedimiento médico o quirúrgico, una persona tiene que ir o a Buenaventura, que está como a nueve horas o a Tumaco, que está de cinco a siete horas en lancha”, resaltó.
La PAC cuenta con aliados como la Fundación Entretejiendo de Canacol, que apoyó la jornada en Caimito. También como Terpel, que dona el combustible para sus brigadas desde hace más de 10 años.
Pero si usted es una persona natural, también puede ayudar como voluntario, si es profesional de la salud, inscribiéndose a través de www.patrullaaerea.org o con donaciones.
Las emergencias que atiende la PAC
La Patrulla Aérea Civil Colombiana (PAC) nació en 1966 gracias a que pilotos privados con sus avionetas propias se dieron cuenta que podían llegar a regiones apartadas y llevar servicios de salud. Esta entidad sin ánimo de lucro con fines humanitarios, que también es una asociación de pilotos privados, es el voluntariado de salud más grande de Colombia.
Y no solo atiende brigadas en territorio nacional, también puede prestar servicios en emergencias, como la que se presentó en Mocoa el año pasado, e incluso por fuera del país como el terremoto de Ecuador de 2016 o las inundaciones de Perú de 2017.
*Invitada por la PAC