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RESPONSABILIDAD SOCIAL

¿La RSE es un negocio?

miércoles, 20 de noviembre de 2013
La República Más
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Nelson Guzmán

El término Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se ha popularizado a tal punto que hoy todas las empresas hablan de ella y se califican como socialmente responsables, aún cuando las actividades que realicen para ello sean propias de su actividad empresarial, como generar buenas condiciones laborales a sus empleados, lo cual es realmente una obligación del empleador.

Así pues, algunas de las actividades que realizan empresas “socialmente responsables” no son más que compromisos que las compañías deben cumplir con sus empleados.

La RSE pareciera expresar solamente un enfoque filantrópico, en el cual las empresas se comportan social y moralmente “responsables” con el entorno dentro del cual desarrollan su actividad económica, generando una sensación de bienestar en las relaciones colaterales. Sin embargo, en su forma actual, esto debería implicar que estas actividades además de generar bienestar, pueden contribuir con el desarrollo económico de la compañía.

Más allá de las implicaciones legales y normativas implícitas en la RSE, las empresas son cada vez más consientes de los beneficios de desarrollar actividades que mejoren su relación con los stakeholders o grupos de interés. Entre ellos, el posicionamiento en el mercado frente a su competidor más directo, la recordación que puede generar en el público objetivo como una empresa responsable y comprometida y, por supuesto, alcanzar un desarrollo sostenible.

Pero el éxito de la implementación y ejecución de estos programas radica en el desarrollo de actividades que se encuentren estratégicamente integradas a la actividad económica de la empresa misma. Es decir, que los programas ejecutados contribuyan de manera directa o indirecta al crecimiento comercial, económico y organizacional. Esto no quiere decir que deban ser pensados y estructurados para generar ingresos y convertirse en negocio, sino que en la medida de que logren bienestar y mitiguen el impacto, den viabilidad al libre desempeño de la misma.

Si bien, la RSE otorga a la compañía posicionamiento dentro del mercado y recordación entre el público objetivo, es también una forma de dar estabilidad al desarrollo de su actividad económica, generando una reducción en el riesgo de imprevistos o perdidas. Es decir, que si la empresa tiene entre su presupuesto anual una suma determinada para realizar proyectos de este tipo, pueden ejecutarse dentro de dicho presupuesto, lo cual no sucede con los imprevistos o perdidas que permanentemente varían.

Lo anterior puede ejemplificarse de manera clara en el medio minero-energético, en el que un improvisto que pause las actividades de la compañía puede generar pérdidas de US$1 millón diarios, una suma mayor a la que se puede presupuestar inicialmente para desarrollar actividades de RSE que eviten este tipo de incidentes.

En conclusión, la Responsabilidad Social Empresarial, a pesar de su orientación social, debe entenderse y construirse como parte de la actividad principal de las empresas. Debe ser visionada en un contexto bidireccional, donde sea tan relevante el impacto de la actividad económica sobre los stakeholders, como el impacto del comportamiento de éstos sobre el desarrollo eficaz de las principales actividades de la compañía.

¿Cuánto se gana con programas sociales?
Los programas de bienestar social para los colaboradores de las empresas y sus familias (que ofercen vivienda, educación, capacitación o espacios de esparcimiento) parecieran sólo un gasto, pero si se visualizan los resultados laborales de personas que viven en mejores condiciones y están capacitadas en sus responsabilidades, la inversión se ve reflejada en el rendimiento y en el aumento de la productividad.

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