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Las empresas han liderado campañas en la lucha contra el hambre por su capacidad de donar a los bancos de alimentos a la vez que optimizan sus procesos
El director ejecutivo de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco), Juan Carlos Buitrago, señaló que “hoy, 7,4 millones personas no pueden comprar una canasta básica de alimentos, 650.000 se van a dormir con solo un plato de comida y 145.000 con menos de plato de comida”.
Encontrar una solución a esta situación requiere de acciones inmensas por parte de todos los actores de la sociedad, por ello el papel de las empresas resulta protagonista en la labor vital de los bancos de alimentos.
Buitrago aseguró que sus “principales aliados son las empresas del país que nos ayudan de todas las formas posibles, unas con donaciones en especie de alimentos, otros con productos y dinero”, y hasta con capital humano como voluntarios.
Al igual que muchas empresas realizan sus proyectos de responsabilidad social con Ábaco, y patrocinan la implementación de los de estas organizaciones.
En el ranking de las empresas que más aportaron con donaciones a los bancos de alimentos, con corte a septiembre de este año, está Postobón en primer lugar con 5.194 toneladas y le sigue Alquería con 975 toneladas. De esta forma, al sumar todas las donaciones se llega a 22.646 del total de entregas de alimentos, correspondientes a 30.172 toneladas, pues las 7.526 restantes fueron adquiridas directamente por Ábaco.
“La importancia del sector privado en los bancos de alimentos es sumamente alta, debido a que es gracias a sus donaciones nos permiten llegar a la población vulnerable”.
“Gracias al trabajo conjunto con aliados sociales, implementamos programas de alimentación infantil que buscan luchar contra el hambre en Colombia”.
Según explicó el Director, el flujo de donaciones entre 2019 y 2021 ha sido variable. En 2019 se llegó a 26.000 toneladas, y luego en 2020, en el marco de la crisis, fueron 48.000 toneladas. “En la pandemia todas las empresas de este país se solidarizaron porque el país lo necesitaba, entre lo donado y otros alimentos que compramos, logramos entregar 64.000 toneladas de alimentos y ayudar a 3,2 millones de personas en condiciones de vulnerabilidad”.
Ahora, aunque las cantidades suenan inmensas, la necesidad es mayor y por parte de la asociación aseguran que se puede ayudar mucho más. Un foco que se debe cubrir es el desperdicio de comida y en este sentido en 2019 se publicó la Ley 1990 que crea la política pública para prevenir la pérdida y el desperdicio de alimentos aptos para el consumo humano, pero explicaron que aún no se cumple en gran medida, por lo que se requiere optimizar procesos en todos los eslabones de la cadena alimenticia como el agro, la industria, las plazas de mercado, retail y restaurantes.
Justo en estas áreas se están desarrollando diferentes proyectos para salvar lo que no se logra comercializar y redistribuir. A la fecha, con una red de más de 3.000 organizaciones sin animo de lucro se llega a 1,2 millones de personas vulnerables y los bancos solo logran salvar 0,3% del total de alimentos que se botan, en ese caso Buitrago señaló, que aun “falta compromiso”.
En el país la tercera parte de los alimentos que se producen terminan desechados y Abaco explicó que al año se botan 9,7 millones de toneladas, “con lo que podríamos darle las tres comidas al día durante todo el año a siete millones de colombianos que viven en pobreza extrema, y sobraría comida”, agregó.
Una de las consecuencias de la situación y de lo que se busca erradicar en la lucha contra el hambre es la desnutrición crónica que se genera en los cinco primeros años de vida y causa 54% menos de ingresos en la adultez.
El director de Abaco explica que el impacto resulta nefasto para el desarrollo y economía del país al basarse en estudios del Banco Mundial “que dicen que la mal nutrición puede disminuir hasta 11% el Producto Interno Bruto”, concluyó.
Por ahora, en términos logísticos, hay más de 80 vehículos y 1.000 colaboradores entre empleados y voluntarios que se distribuyen entre los 24 bancos de alimentos ubicados en 23 ciudades, uno de ellos es el Banco de Alimentos de Pereira, gestionado por la Fundación Cáritas de la Pastoral Social Diocesana.
Beatriz Gómez Espinosa, la coordinadora de este banco, explicó que algunos de los programas a los que se han integrado las empresas en la organización que coordina, son ‘Desayuno Saludable’ o ‘Alimenta Compartiendo’ en el que Alquería y Kellogg’s entregan comida a madres gestantes, lactantes y a niños.
También está la Fundación Olímpica que donan otros productos además de alimentos, y Nutresa, con la que recaudan fondos para comprar mercados que estarán entregando a 250 familias de Risaralda en noviembre y diciembre de este año.
“Muchas de estas ayudas son canalizadas a través de la Ábaco, donde la junta directiva está conformada por grandes empresarios y son los que hacen este trabajo de facilitar el recaudo de recursos para llevar, a través de los bancos de alimentos, ayuda a la población”, dijo Gómez, pero otra forma que mencionó para obtener comida es directamente por medio de la gestión entre los bancos con empresarios regionales.
Kellogg’s y Abaco entregarán 11.500 desayunos en siete departamentos
Un proyecto reciente de la asociación con una empresa es la de entregar desayunos a 2.300 niños en La Guajira, Cundinamarca, Tolima, Antioquia, Valle del Cauca, Risaralda y Meta. Kellogg´s anunció la iniciativa en la conmemoración del Día Mundial de la Alimentación y tiene el objetivo de generar consciencia colectiva sobre la seguridad alimentaria, reducir el desperdicio y movilizar a diferentes sectores sociales en torno a la lucha contra el hambre con el compromiso empresarial a 2030 de alimentar a 375 millones de personas.