MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Agregue a sus temas de interés
Hacer un análisis del impacto de las actividades que realiza y crear un código de conducta son algunos de los puntos a tener en cuenta al realizar la estrategia
Declaraciones de principios, buenas prácticas, modelos de triple balance, memoria de sostenibilidad e índices bursátiles, son todos componentes que integran lo que hoy se conoce como la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
“La RSE es una forma de asumir compromisos para generar impactos positivos, promoviendo el bienestar y la diversidad de las comunidades de las que se benefician”
“Un plan de RSE es un documento de gestión y evaluación que define el marco y las directrices generales a seguir por una organización en el ámbito social y ambiental”
Un término que está de moda, pero, que no pasará, sino que, por el contrario, cada vez será más demandado y valorado en las compañías.
“Esto tiene que ver con que las empresas socialmente responsables utilizan su posición y sus recursos no solo para lograr resultados, sino que buscan generar un valor adicional desde lo social y ambiental; por ejemplo, retornando beneficios a las comunidades o territorios donde se opera, reduciendo el impacto ambiental y promoviendo el bienestar y la diversidad de los empleados”, explicó Silvana Amaya, analista senior de Control Risks.
Sin embargo, para que esto funcione debe ser política empresarial y, como todo, la RSE tiene un conducto regular.
De manera que si busca implementarla, lo primero que debe de hacer es realizar un análisis del impacto que sus actividades y decisiones pueden generar en el entorno en el que operan.
Una vez esto, y según lo propone Fernando Merchán, director de López & James, se debe redactar un código de conducta. Esto implica “definir la filosofía de la organización sobre preservación del medio ambiente y bienestar”.
Como segundo paso, se debe identificar unos objetivos estratégicos alcanzables a corto, mediano y largo plazo que se ajusten a las particularidades de la organización. “Para elegirlos se debe tener en cuenta su producción, valores, el tipo de clientes, perfil de los trabajadores, entre otros” dijo Merchán.
El siguiente paso será hacer un diálogo con stakeholders (partes interesadas). Esto servirá para tener consciencia del papel influyente que juegan las comunidades. Esto, evaluará cómo esas relaciones afectan a la compañía y viceversa. A partir de ello, se deben buscar soluciones a los problemas detectados e intentar dar respuesta a las expectativas de los grupos de interés dentro de la estrategia de la organización.
El cuarto paso tiene que ver con seleccionar los indicadores. Merchán explica que este consiste en valorar si las acciones son las adecuadas para cumplir los objetivos a través de encuestas de satisfacción. Pero, aquí también figura uno de los pasos cruciales para que una estrategia de RSE sea efectiva y real, y tiene que ver con las herramientas de medición y evaluación (ver recuadro). Esto va desde la realización de informes internos que midan el impacto económico, político, social y medioambiental; pero también, aceptar el escrutinio público de las acciones y asumir responsabilidades si estas llegan a ser negativas.
El quinto paso es elaborar una memoria de sostenibilidad que recopile el desempeño ambiental y social de la empresa.
Todo este valor adicional, trae beneficios. Según lo expertos estos serán en lo social ya que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas y sus familias; en lo ambiental porque se reducen los impactos negativos y en lo económico, porque se mejora la reputación de la empresa y surgen nuevos mercados.
Algunas herramientas de medición
Para que una empresa sea socialmente responsable debe estar en constante monitoreo de sus acciones, pero también generando rendición de cuentas. Dentro de las opciones están las certificaciones, como, por ejemplo, lograr ser reconocida como Empresa B. También, acudir a los índices bursátiles de sostenibilidad, que son empresas que cotizan en bolsa de todo el mundo y que acreditan una gestión responsable en materia sostenible. Además, se puede acoger al Monitor Empresarial de Reputación Corporativa, la cual analiza el ámbito reputacional de las compañías.