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LABORAL

Lecciones del segundo Bono de Impacto Social

jueves, 7 de febrero de 2019

Se quiere impactar a 800 ciudadanos

Daniel Uribe

Este 4 de febrero se firmó en Cali el segundo Bono de Impacto Social (BIS) que se realiza en Colombia. Los BIS son un esquema de financiación basado en el pago por resultados para la solución de problemáticas sociales complejas como la pobreza, el desempleo o la baja calidad de la educación. De esta manera, se innova en la forma de financiar proyectos sociales al pagar por resultados y no por actividades. En este modelo, se involucran el Gobierno y otros co-pagadores, el sector privado (inversionistas y operadores) y verificadores de resultados.

Cali Progresa con Empleo, el segundo BIS en Colombia, busca que 800 caleños de poblaciones vulnerables rompan las barreras que les impiden conseguir y retener empleos formales. De esta forma, la alcaldía de Cali y el BID Lab con recursos de la Cooperación Económica de la Embajada de Suiza - Seco, como co-pagadores, solo pagan por las personas vulnerable que obtienen un empleo formal y permanecen en él por tres y seis meses, y no por las actividades que los operadores deban asumir, como cursos de formación o intermediación con empleadores. Así se garantiza que las personas sean formadas, ubicadas y retenidas en empleos formales y que los riesgos de las intervenciones los asuma un grupo de inversionistas de impacto.

Colombia es pionero en estos esquemas a nivel internacional, firmando el primer BIS en un país en vía de desarrollo en el 2017 (Empleando Futuros), el cual también estaba enfocado en el empleo inclusivo. Este Bono se logró gracias a la gestión de SIBs.CO, el programa de bonos de impacto social en Colombia, cuyos aliados principales son el BID Lab, Seco y la Fundación Corona. El programa ha buscado apoyar el desarrollo de bonos de impacto en el país, así como la creación de capacidades locales y generación e intercambio de conocimiento.

En la construcción del primer bono se reconoció que el país no conoce cuánto cuesta conseguir que una persona vulnerable se emplee formalmente, pues las inversiones en actividades de empleabilidad por persona van desde 32.000 pesos hasta 12.000.000 de pesos y no hay datos que comprueben cuantas de las personas que participaron en estas actividades fueron empleadas y retenidas. Estos datos evidencian una enorme necesidad por medir y evaluar los tipos de resultados y los logros de estas inversiones y así entender cuánto capital se requiere en las políticas públicas para seguir cerrando la brecha de talento humano y empleo inclusivo. Este tipo de aprendizajes deben generar reflexiones hacia la política pública y definición de métricas y resultados de calidad para los proyectos de empleo en el país.

Esta apuesta de gobiernos locales, como Cali, está consiguiendo que Colombia marque la pauta en el tipo de mecanismos que fomentan la efectividad en el gasto público basado en evidencias. A nivel nacional un hito muy importante es la incorporación de los esquemas de pago por resultados en las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 como mecanismo de provisión de servicios sociales y una de las herramientas para una política social moderna y de innovación pública.

La firma de Cali Progresa con Empleo marca un hito que valida el interés del gobierno en innovar y transformarse para conseguir efectividad en su gasto y para lograr un mayor impacto, y es alentador ver que el reconocimiento del gobierno a estos mecanismos conlleva a cambios en la forma de pensar, planear y pagar por las problemáticas sociales.

*Director (E) Fundación Corona

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