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RESPONSABILIDAD SOCIAL

Minería bien hecha, un debate necesario

miércoles, 10 de mayo de 2017
Foto: 123RF
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Juan Camilo Nariño

Sería muy tonto pretender negar el impacto ambiental que tiene la minería; pero lo es más, pretender ocultar que cualquier actividad humana, industrial, comercial y productiva lo tiene, en diferente medida. La diferencia está en cómo mitigamos ese impacto, cómo recirculamos y recuperamos el agua que usamos en los proyectos, cómo reforestamos y protegemos las zonas de bosque que pueden verse afectadas. Preguntas que no se hacen quienes extraen el oro y otros minerales ilegalmente.

Y es que, no tenemos que escoger entre oro y agua, podemos usar ambos recursos de forma eficiente y ambientalmente responsable. Quienes pretenden con extremismos ideológicos llevar la discusión a ese punto, están engañando al país. Según el Estudio Nacional del Agua de 2014 del Ideam, la minería fue la tercera actividad productiva que menos agua consumió en ese año, tan solo el 1,8%. Entre la agricultura y la ganadería consumieron más de 50%. 

Este falso dilema Agua Vs. Oro, sin duda es vendedor y fácil de entender y usar para movilizar a quienes, sin querer oír y entender razones, se oponen a ultranza contra la actividad minera legal. No seríamos el primero ni el único país del mundo que aprovecha sus recursos naturales para hacer inversiones en infraestructura, educación y salud, ya lo han hecho en Canadá, Chile, Australia, entre muchos otros. La riqueza del suelo, explotada de manera responsable y controlada por las autoridades ambientales, si puede convertirse en riqueza social.

En Colombia se está discutiendo sobre minería desde los temores infundados y sin argumentos. “Que hay que escoger entre el oro y el agua, el ambiente y las actividades extractivas, la vida y el dinero”. No, estas falsas disyuntivas hacen que el debate no sea informado ni sano. Hablemos con respeto e información sobre qué es lo mejor para el país, ya tenemos la riqueza en nuestro subsuelo, cómo podemos aprovecharla de la mejor manera para beneficio nacional.

Aquí no hay ganadores. Todos perdemos porque las decisiones se están tomando desde las mentiras y la desinformación, porque lo que celebran algunos, es la pérdida de empleos y oportunidades de inversión. Hoy, es La Colosa, pero la falta de un debate serio, de altura e informado, con las comunidades, puede llevar a la parálisis de inversión en minería, energía e infraestructura. Ya lo estamos viendo, la multiplicación de las consultas en diferentes zonas del país, frente a proyectos de envergadura nacional.

El reflejo de los esfuerzos que tenemos por hacer para discutir de mejor manera es la alta tasa de abstención en la Consulta, en la que solo participó 38,6% de los votantes habilitados. Se deben generar  espacios con la comunidad donde el debate genere consenso social y no división. Por ahora, queda la inquietud de ¿qué piensan esos 10.071 ciudadanos que prefirieron callar y que son la mayoría de cajamarcunos?

Las próximas manifestaciones populares no se pueden desarrollar entre hechos alternativos e intereses políticos particulares. Y mientras no encaminemos los esfuerzos por tener un debate serio, bien planteado e incluyente con las comunidades, la minería ilegal seguirá proliferando y arrasando con todo. 

 “Con oro no hacemos un sancocho”, gritan los extremistas ambientales. Pero si continuamos sembrando mentiras y temores en las comunidades para que nieguen la licencia social, sí podemos terminar convertidos en un sancocho de ilegalidad y aumento de pobreza, en las zonas en donde se podrían desarrollar proyectos con minería bien hecha.

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