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Desde el pasado 8 de diciembre en España se enfrentan a un grave problema ambiental a cuenta de pequeñas esferas de plástico en el mar y las playas
Hace poco más de un mes el mundo está siendo testigo de uno de los desastres marítimos y medioambientales más graves del momento, y son pocos los occidentales que tienen conocimiento de la problemática.
El pasado 8 de diciembre el buque Toconao perdió unas 26,3 toneladas de pellets de plástico, contenedores de neumático, barras de aluminio, y vinipel, a 40 millas náuticas de la costa portuguesa, a unos 20 kilómetros de Galicia.
En este punto ya suena alarmante el hecho de que hayan caído al mar y estén llegando a las costas materiales como neumáticos y vinipel, pero tal vez se esté preguntando, ¿qué son pellets?
Sin minimizar el desastre ambiental que ya causan los otros elementos, estos pellets podrían ser la parte más preocupante de toda la problemática, pues son pequeñas esferas de plástico, de unos cinco milímetros, considerados como la materia prima principal para la fabricación de botellas plásticas y otros productos de plástico.
El hecho de que sea un material tan pequeño causa varios problemas como que los peces, las aves y los animales de las costas los confundan con alimento y terminen ingiriéndolos, situación que podría causarles enfermedades o la muerte.
Otro problema es que, al ser plásticos tan pequeños, los mecanismos para extraerlos de la arena suelen ser complejos o muy tardados, y en el caso del mar, es, según las autoridades, casi imposible retirarlos.
A su vez, al entrar en contacto con el mar, estos materiales suelen convertirse en microplásticos que absorben otros materiales contaminantes de allí, lo que los convierte en un problema mayor a futuro.
Por ahora se cree que los pellets en sí no son tóxicos, pero los ambientalistas están luchando porque el Gobierno español y los implicados en el asunto brinden soluciones eficientes y rápidas que no comprometan más al planeta y a los animales del lugar.
En medio de tal preocupación, a través de redes sociales y voz a voz, los ambientalistas han promovido limpieza de las playas gallegas y asturianas, explicando cómo recoger los pellets de la arena para que cada vez sean más las personas que se sumen a la causa.
Ellos indican que la mejor forma es con guantes gruesos, un balde de agua y un colador. La idea es, con las manos, agarrar la mayor cantidad de arena posible, verterla en el colador, pasarlo por agua y retirar el material natural (como plantas y ramas) que quede ahí, luego depositar todas las pequeñas esferas de plástico en bolsas no muy grandes para vaciarlas en la respectiva caneca y repetir el proceso la mayor cantidad de veces posible.
Por ahora, esa es la solución que dan los ambientalistas mientras los guardacostas se mantienen atentos a cualquier nuevo material contaminante que llegue a la costa para combatirlo a tiempo, y el Gobierno, según medios locales, se niega a actuar en el mar tras considerarlo imposible. Sin embargo, la Xunta de Galicia cree lo contrario y pide un robot submarino con control remoto que pueda actuar allí.
Se cree que hasta el momento se ha recogido solo 10% del material contaminante, por lo que las alertas siguen activas.
Por lo pronto, la invitación que hacen ambientalistas y entidades comprometidas con la situación es que los locales y quienes tengan planeado un viaje a esa parte del mundo estén dispuestos a colaborar siguiendo las recomendaciones de los expertos para poder recoger la mayor cantidad de material posible, y así mitigar, de algún modo, la grave situación por la que atraviesa el medio ambiente en Galicia.