La emergencia sanitaria que se ha producido con el covid-19 representa un gran reto mundial en materia económica, social y ambiental. Por eso, organizaciones y líderes globales han adoptado medidas y han desarrollado programas de restablecimiento económico a mediano y largo plazo en búsqueda de una recuperación inclusiva, verde y resiliente.
Esta recuperación busca no solo establecer medidas que le apunten a reactivar y estimular la economía y la sociedad, sino también que permitan avanzar hacia el cumplimiento de los compromisos climáticos de cada país. Líderes europeos y estadounidenses llaman la atención por la adopción del Nuevo Trato Verde (Green New Deal), el cual en EE.UU. busca una movilización nacional, industrial y económica para luchar contra el cambio climático y lograr que este país tenga un nivel neto cero de emisiones en diez años.
Cuando vemos la recuperación verde en un plano nacional, a Colombia le ofrece oportunidades para el futuro de la gestión del desarrollo sostenible y es en un impulso para alcanzar las metas de la Agenda 2030, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Además, los aportes de la cooperación internacional para apoyar proyectos de esta naturaleza en tiempos de covid-19, constituyen una fuente de alivio importante mientras se avanza de manera gradual hacia la recuperación económica post pandemia.
Protegiendo uno de los 10 hotspots de biodiversidad del mundo
Una de las oportunidades generadas por esta recuperación inclusiva, verde y resiliente es lograr un mayor avance en iniciativas que conserven o utilicen de manera sostenible los bosques y otros ecosistemas estratégicos, garantizando la oferta de servicios ambientales fundamentales para la protección de la biodiversidad, la productividad económica y el bienestar humano.
Para cumplir esta primera meta, Fondo Acción, un fondo privado colombiano con 20 años de experiencia que invierte en medio ambiente y niñez en Colombia, de la mano del Fondo Colombia Sostenible, el Banco Interamericano de Desarrollo, comunidades locales y organizaciones aliadas le apuestan a la consolidación del Portafolio REDD+ Comunitario. Veinte comunidades étnicas del Chocó Biogeográfico trabajan desde hace más de diez años en los nueve proyectos que integran este portafolio, los cuales aseguran la conservación de 710.000 hectáreas de bosque tropical, mejoran las condiciones de vida de más de 40.000 personas de las comunidades locales, y contribuyen al cumplimiento de las agendas de cambio climático y desarrollo del país. Estas comunidades se encargan también de proteger más de 70 especies en peligro de extinción.
Pago por servicios ambientales
La premisa sobre la que opera el mecanismo REDD+ es que se deja de capturar y almacenar CO2 cuando se talan o degradan los bosques, dado que estos ecosistemas son una reserva de carbono almacenado en la materia viva de la que están hechos los troncos, hojas, raíces e incluso, el mismo suelo. Si se puede reducir la tasa de deforestación (pérdida completa del bosque) o degradación (alteración de la composición y estructura por tala selectiva de algunas especies), entonces se podrá continuar absorbiendo CO2 y manteniendo el que se ha acumulado históricamente durante el crecimiento de los árboles; adicionalmente, al talar el bosque y dar paso a otro uso del suelo, se empieza a emitir CO2 y otros gases de efecto invernadero asociados a las nuevas actividades, como ganadería, agricultura, entre otras. La reducción de emisiones que resulta de conservar los bosques puede verificarse y convertirse en un producto transable que se vende en el mercado de carbono. Así, los nueve proyectos del portafolio han verificado sus proyectos y tienen bonos de carbono disponibles para el mercado voluntario o para la compra por parte de las empresas que, por ejemplo, en Colombia son sujetos del impuesto al carbono. Para enero de 2020, el portafolio había logrado más de seis millones de toneladas de reducción de emisiones de carbono.
Para apoyar este servicio ambiental de regulación del clima global, Fondo Acción unió esfuerzos desde 2019 con ProPacífico, fundación privada, sin ánimo de lucro que articula actores del sector público y privado en pro del desarrollo sostenible de Cali, el Valle del Cauca y la Región Pacífico, para invitar a empresas locales a cumplir con sus obligaciones ambientales y aportar, al mismo tiempo, al bienestar de las comunidades. Invertir en el portafolio REDD+ comunitario del Pacífico es aportar a un futuro más equitativo y sostenible.
Empleos verdes para las comunidades
El covid-19, además de impactar el sector de la salud pública en el mundo, también ha generado retos en el campo laboral. Al entrar en una recuperación verde se genera la necesidad de crear empleos y estimular el crecimiento económico para compensar las pérdidas. A través del Portafolio REDD+ Comunitario se ha logrado mejorar las condiciones de empleo en las comunidades con 102 personas vinculadas directamente a los equipos técnicos y administrativos de operación de los proyectos; a la vez se han diversificado las fuentes de ingreso de las comunidades con el fortalecimiento de cadenas productivas promisorias. Parte de estas actividades económicas verdes han sido desarrolladas por aserradores que han dejado de lado sus motosierras y se han dedicado al aprovechamiento sostenible y la protección de sus territorios y la biodiversidad.
La recuperación inclusiva, verde y resiliente plantea el reto de desarrollar proyectos que funcionen como vehículo para cumplir estas oportunidades, como es el caso del Portafolio REDD+ Comunitario.
