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COMERCIO

Ser socialmente rentable

jueves, 2 de agosto de 2018
Foto: Studying Education Students Learning Concept

Los consumidores buscan más marcas sostenibles

César Muñoz

Desde la racionalidad económica, una empresa debe determinar todos sus esfuerzos en la maximización de las utilidades y la rentabilidad para sus accionistas, premisa que hasta el momento se ha mantenido. Sin embargo, el tema social ha empezado a ser cada vez más relevante. Ahora, el público y consumidores no solo se fija en un producto por su calidad y precio, sino que tiene en cuenta la labor de las empresas en la sociedad.

Según el más reciente Estudio Global de Nielsen sobre Sostenibilidad, el número de consumidores que estarían dispuestos a pagar más por una marca, producto o servicio de una compañía comprometida con causas sostenibles se ha incrementado considerablemente desde 2011. Por ejemplo, en Latinoamérica entre 2011 y 2014 la favorabilidad hacia pagar más por marcas sostenibles había aumentado 13 puntos (63%). En la actualidad la cifra asciende a 71%.

En Colombia los datos también muestran un crecimiento importante de consumidores que se inclinarían a pagar más por productos o servicios de compañías o marcas que promueven causas sociales, al marcar 71%.

Debido a esta tendencia latente, principalmente influenciada por millennials, las empresas están hablando de un término denominado ‘valor compartido’; es decir, no se trata de inversión compensatoria ni de la ‘licencia para operar’, sino del desarrollo de objetivos de conveniencia mutua para que empresa y sociedad fomenten un entorno mejor, y en este sentido, aportar como marca privada a la población donde opera.

Por esta razón, para optimizar la competitividad de una empresa, por los efectos en su eficiencia y la preferencia de sus productos frente a sus competidores, es necesario el manejo óptimo del entorno. Esto se logra construyendo ese valor compartido o un diferencial social sostenible.

Las iniciativas sociales de Samsung Colombia se enfocan en motores del desarrollo como la educación y la innovación, a través de la tecnología. Como empresa surcoreana, sabemos que un país avanza confiando en su gente, innovando, educando. Hace un poco más de 60 años Corea del Sur era uno de los países más pobres del mundo, hoy es uno de los países de mayor desarrollo económico, lidera los índices de modernización e industrialización a nivel mundial. Las condiciones que dejó la Guerra, implicaba para los coreanos una transformación social que conllevara modernidad, desarrollo y bienestar, y fueron por tanto la educación, la tecnología y la innovación las principales apuestas para la salida de la crisis.

La transformación del concepto de Responsabilidad Social Empresarial ha producido una mayor confianza en la voluntad del sector privado para promover proyectos que generen un impacto sostenible con una política social robusta que no deje de lado el medio ambiente, enfocados en el desarrollo no sólo económico de una nación.

De este modo, las compañías más importantes del mundo han concebido esta necesidad de generar oportunidades no solo en términos laborales sino sociales como un concepto de sostenibilidad clave en sus principales cadenas de suministro; adoptando compromisos que se relacionan con ética corporativa, ambiente y con las comunidades de las cuales operan.

En esencia, el sector privado debe reacomodar sus necesidades comerciales a los nuevos desafíos del siglo XIX. Es decir, las compañías no solo deben enfocarse en una utilidad neta sino por el contrario en una contribución a la región en donde se encuentran operando; no solo una obtención de beneficios económicos o tributarios, sino que a la vez en una inyección de soportes sociales.

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