Sin embargo, este nicho que mueve ese monto de dinero ha generado debate en diferentes sectores por sus posibles daños ambientales, que suponen tres principales: la dificultad que tienen las labores de reciclaje del producto por los materiales de sus empaques; la relación no proporcional que hay entre el volumen de café y su envase; y que su procesamiento requiere de más maquinaria especializada.
Hay que aclarar que estamos hablando de un producto diferente a los llamados ‘pods’, que son bolsas de café que se sirven de la misma forma en la que se consume el té. Las cápsulas de café, por su parte, vienen en ese formato y están empacadas en recipientes que generalmente son de aluminio y plástico.
“No se trata de daños ambientales, sino de retos para la industria del café. Hay que focalizar los esfuerzos en el área de reciclaje, y desde ya se viene trabajando en algunos casos específicos para poder tener cápsulas biodegradables que reduzcan sustancialmente los efectos negativos”, señaló Luis Fernando Samper, exgerente de mercadeo de la Federación Nacional de Cafeteros y consultor en estrategia y sostenibilidad de la firma 4.0 Brands.
Por otro lado, Gustavo Villota, dueño de Café San Alberto, compañía de café orgánico, manifestó que “hay una preocupación importante en el sector respecto a los desperdicios que generan las cápsulas al tratarse de porciones personales; las empresas deben tratar de enfocar sus esfuerzos en ese asunto. Sin embargo, hay que resaltar que este producto ha mejorado el tema de practicidad del café”.
Además, el ejecutivo indicó que el consumo de cada unidad genera más desechos al desperdiciar más cantidad de empaques que los que se utilizan en el proceso de envasado con un volumen mayor de café.
Actualmente en el país este nicho no ocupa gran participación dentro de la cadena de café. Tiene una cuota pequeña de intervención de Nestlé, con su marca Nespresso. Sin embargo, y según dijo el especialista Samper, “es un mercado que está creciendo debido a que las cápsulas tienen ventajas para el café nacional. Se basan en la diferenciación de producto y entregan una oferta de valor al consumidor, al ofrecerle una dosis personalizada y de más calidad. Las cápsulas deben verse como un vehículo más del café, que tiene procesos de mejoría en marcha”.
Contexto internacional
En el mundo, la marca líder del segmento es Nespresso, que según cifras de la consultora en consumo y mercados Euromonitor International, representa 5,6% del total de ventas de Nestlé y que ocupó 11,1% del mercado mundial de cápsulas de café en 2015.
Nespresso compra café a Colombia, México, Nicaragua, Perú, Costa Rica y Guatemala y sus productos tienen presencia en cinco países de América Latina (Colombia, Chile, México, Argentina, Brasil). La proyección de crecimiento de la marca, a nivel mundial, es de 160% para el período entre 2015 y 2020.
Keurig, Illy y Ethical Coffee Co (que es una fábrica de cápsulas biodegradables) son empresas que también comercializan este producto.
Entre los hechos relevantes a destacar frente a la contaminación de cápsulas están que hace dos semanas Alemania prohibió el uso de este producto por dañar el medio ambiente, argumentando que se prohiben “ciertos productos contaminantes o componentes del producto; las monodosis causan un innecesario consumo de recursos y generan residuos que con frecuencia contienen aluminio contaminante”.
Estados Unidos es uno de lo países donde el mercado tiene mayor penetración: 13% de la población de ese país consume al menos una taza de café diaria usando una de estas cápsulas.
Este producto fue creado en 2002 por John Sylvan, quien en repetidas ocasiones ha manifestado a medios internacionales que hay ocasiones en las que se arrepiente de su creación por los males ambientales que genera.
Adicionalmente, ha señalado que su objetivo inicial fue el de facilitarle la vida al consumidor mediante un producto que representara una opción más ligera de café en el mercado.
Panorama del mercado de ‘pods’
Los ‘pods’ son definidos como monodosis de cerca de siete gramos de café que, en promedio, se sirven para una taza de café de cuatro onzas.
De acuerdo con cifras de Euromonitor International, la Federación Nacional de Cafeteros y Nestlé ocupan la mayor participación de este mercado en el país. La primera de ellas con su marca Juan Valdez , que tiene una penetración de 68,5%; y la segunda, con la marca Dolce Gusto, y una intervención de 29,9%.
Según cifras de la consultora, este es un mercado que movió US$1,2 millones ($3.900 millones) en 2015 y que viene creciendo constantemente. En 2004, el monto fue de US$400.000, en 2011 de US$500.000, en 2012 de US$600.000 y en 2013 alcanzó lo US$900.000.
En América Latina, el mercado movió US$478,9 millones ($1,5 billones) en 2015, y se espera que siga aumentando. Ese año su crecimiento fue de 33,5% y la proyección interanual a partir de 2016 no baja de 28,2%.
Otras de las empresas que comercializan este producto en la región son Strauss/São Miguel y Café Utam (de Brasil); Jacbos Dowe Egberts, originaria de Países Bajos; Delta Cafés (proveniente de Portugal); Cabrales S.A (en Argentina) e Illy, con casa matriz en Italia.
Los expertos coincidieron en decir que se auspicia también un crecimiento de este mercado en los países de la región.
¿Llegará más oferta de este producto?
Es posible que en los próximos meses llegue al mercado local un nuevo jugador de este mercado. Se trataría de la Federación Nacional de Cafeteros con la marca Juan Valdez que, aunque ya tiene en el mercado ‘pods’, entraría al segmento de cápsulas. Actualmente, la marca que más tiene participación en este mercado en el país es Nespresso.
Las opiniones
Gustavo Villota
Dueño de Café San Alberto
“Hay preocupación en el sector por el nivel de desperdicio que generan las cápsulas. Sin embargo, favorecen la practicidad”.
Luis Fernando Samper
Exgerente de mercadeo de Fedecafé y consultor
“El mercado de cápsulas de café está creciendo en el país, debido a las múltiples ventajas de calidad y valor agregado que ofrecen”.
