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El paso a paso para entender la pensión por invalidez.
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Una persona puede estar cobijada si acredita estar en situación de pérdida de capacidad laboral igual o superior a 50%. si es inferior, podría tener solo una indemnización
Mientras la reforma pensional hace trámite en el Congreso de la República, con la reciente votación de los impedimentos y próxima etapa de discusión de las ponencias, se hace necesario analizar un tipo de pensión que no alcanza significativa participación en el país, pero que cada vez las solicitudes son más recurrentes.
Se trata de la pensión por invalidez, es decir, la opción que tiene una persona de jubilarse antes por alguna condición que le inhabilita su capacidad laboral. Pero, ¿cuándo esto es posible? Según la ley, solo cuando la persona sufre una enfermedad que afecte más de 50% de la capacidad para ejercer sus labores. Pero, si la invalidez de la persona es inferior a ese porcentaje, la persona podrá tener derecho únicamente a una indemnización por una sola vez, explica la Unidad de Pensiones y Parafiscales del Gobierno.
“No se cuestiona la necesidad del certificado de pérdida de capacidad laboral, sin embargo, el procedimiento debe ser más ágil a través de los comités y las juntas”
Y es que, en contexto, hay que decir que el Sistema General de Pensiones en el país tiene por objeto garantizar a la población el amparo contra las contingencias derivadas de la vejez, la invalidez y la muerte, mediante el reconocimiento de las pensiones y prestaciones que determina la ley.
En cuanto a los tipos de enfermedades que aplicarían para una pensión por invalidez, esto no se trata solo de las derivadas del estrés y que afectan la salud mental, sino que también se abre el espectro de posibilidades para aplicar a este tipo de pensión cuando se padece de agotamiento visual, síndrome de fatiga crónica, silicosis crónica, sordera, síndrome del túnel del carpiano, cáncer causado por riesgos laborales, dolor de espalda crónico y agudo.
Sin embargo, el camino para acceder a este tipo de pensión demanda un proceso extenso que no siempre resulta a favor del empleado. “Las pensiones de invalidez requieren obligatoriamente una calificación por parte de un grupo médico, lo cual implica un proceso que, en cierta medida, presenta vacíos que generan significativos retrasos, dificultando que el reconocimiento de esta prestación sea eficiente y efectivo. Por ejemplo, la falta de claridad en los términos de la calificación inicial es un obstáculo”, señala Adriana Camacho, docente en Derecho Laboral de la Universidad del Rosario. Hay que decir que, en caso de resultar favorable, el monto mensual va de 45% del ingreso base de liquidación hasta 75%, dependiendo del porcentaje de pérdida de capacidad laboral, y del número de semanas de cotización con que cuente el afiliado.
Agregó que, las entidades como las EPS y ARL tienen un papel dual al ser juez y parte en este proceso. “En muchas ocasiones, estas entidades no evalúan adecuadamente a las personas enfermas, basando su calificación únicamente en la historia clínica, lo que conlleva a decisiones injustas. Esto obliga a las personas a pasar por todas las etapas del proceso de calificación, lo que retrasa el reconocimiento de la pensión”, indicó.
Las entidades como AFP y ARL son las únicas que tienen la capacidad de determinar qué enfermedades son determinantes. Las pensiones no se otorgan únicamente por una enfermedad, sino por todas las patologías que presente la persona enferma. “En casos de origen laboral, es más sencillo obtener la pensión si las patologías están contempladas en las tablas de enfermedades de origen laboral”, concluyó.
En el país, el número de pensionados por riesgo de invalidez se ubica en 79.174, según los cálculos de Colpensiones.
