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Las personas que viven solas o con redes de contacto limitadas tienen 32% más de riesgo de morir prematuramente frente a quienes no están socialmente aislados
La Escuela de Salud Pública de la Universidad Médica de Harbin en China realizó el estudio'Una revisión sistemática y metanálisis de 90 estudios de cohortes sobre aislamiento social, soledad y mortalidad' que fue publicado el 19 de junio de este año en la revista Nature.
Y con esta investigación descubrieron que tanto el aislamiento social como la soledad se asocian significativamente con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas.
Para el análisis, como lo indica el título, se realizó la revisión sistemática de 90 estudios que incluyeron a 2.205.199 personas sobre la asociación entre el aislamiento social, la soledad y la mortalidad en personas mayores de 18 años por causa de enfermedades cardiovasculares (ECV) y cáncer.
"El aislamiento social aumentó el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.Hubo un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas en individuos socialmente aislados con ECV o cáncer de mama, y las personas con cáncer de mama tenían una mayor mortalidad específica por cáncer debido al aislamiento social", señaló el estudio.
Entendiendo el aislamiento social como la falta de contacto, tener una red limitada de personas o vivir solo, se halló que las personas que atraviesan esta experiencia tienen 32% más de riesgo de morir prematuramente por cualquier causa en comparación con quienes no están socialmente aisladas.
Mientras que a la soledad se refiere a la sensación que puede tener cada persona sin importar si objetivamente está rodeado de personas. Y el estudio concluyó que los participantes que manifestaron tener la sensación de soledad tenían 14% más de probabilidades de morir prematuramente frente a quienes no se sentían así.
Estos resultados demuestran que puede ser hasta más nocivo estar aislado, aún cuando no se tenga la sensación de soledad, que tener el sentimiento, lo que tiene gran impacto en el estilo de vida que se caracteriza por la independencia y viviendas unipersonales.
"Las personas que se sienten solas pero no socialmente aisladas tienen estrés de salud mental, pero pueden resistirlo debido a sus redes sociales", dijo Fan Wang, uno de los autores del estudio y profesor de epidemiología de la Universidad Médica de Harbin, explicando por qué el aislamiento tiene más efecto que la soledad.
La razón por la que la sensación de soledad se relaciona con la salud es que, cuando ésta se transforma en un sentimiento permanente, se traduce en el estrés crónico que menciona el médico, lo cual genera la producción de hormonas como el cortisol.
El vivir socialmente aislado también propicia situaciones como que al necesitar ser atendido por un servicio médico no tenga una persona que lo pueda ayudar a acceder o a llevar un tratamiento. Otra relación es que explican que la soledad y el aislamiento generan hábitos poco saludables que a la larga influye en aumentar el riesgo de muerte prematura.
Por ello, los investigadores concluyeron que con un mayor enfoque en el aislamiento social y la soledad se puede ayudar a mejorar el bienestar y disminuir el riesgo de mortalidad de las personas, por lo cual se necesitan estrategias de salud pública para abordar estos dos factores de riesgo.
"El desarrollo de intervenciones con la ayuda de miembros de la familia y redes comunitarias es fundamental. El sistema de salud también debe desarrollar métodos para identificar el aislamiento social y la soledad en los pacientes para que los profesionales de la salud puedan brindar la ayuda adecuada", afirmó Wang.